Se compitió en atletismo, baloncesto, balonmano, béisbol, boliche, canoa-kayak, ciclismo, clavados, equitación, esgrima, fútbol, gimnasia, jockey sobre césped, judo, levantamiento de pesas, lucha, natación, nado sincronizado, patinaje, polo acuático, remo, sóftbol, taekwondo, tenis de campo y mesa, tiro, tiro con arco, vela, voleibol y la pelota vasca como exhibición.
También logró ratificarse la hegemonía en el béisbol en final contra Nicaragua donde el pequeño Ermidelio Urrutia conectó tres jonrones en ese partido.
Sin embargo, el choque más emotivo fue como se esperaba ante Estados Unidos en la etapa clasificatoria, matizado por una electrizante combinación entre Germán Mesa y Antonio Pacheco, pues luego los estadounidenses cedieron en el cruce semifinal.
El gigante boricua José Rafael Ortiz, "Piculín" y la eficiente anotadora brasileña Hortência Marcari se convirtieron en símbolo del básquet en los XI Juegos.
En este sentido merece destaque el librista brasileño Gustavo Borges, plusmarquista de los Juegos en el hectómetro (50.21 segundos).
Además se sumaron la costarricense Sylvia Poll, reina de 100 dorso (1:03.15) y la canadiense Kristen Thopam, titular en 100 mariposa (1:01.19).
En el atletismo sobresalió el brasileño Robson da Silva, rey de la velocidad por sus triunfos en 100 (10.32 segundos) y 200 metros planos (20.15).
Sin embargo, el colombiano Héctor Moreno sorprendió a los aztecas en los 20 kilómetros de caminata al recorrer la distancia en 1:24.56 horas.