La representación venezolana aprovechó el hecho de ser anfitriona para situarse en el segundo nivel del deporte continental, al alcanzar la quinta posición final en el medallero por detrás de Estados Unidos, Cuba, Canadá y Brasil.
Carlos Lovera, presidente del comité organizador de los IX Juegos Panamericanos, da su discurso oficial, así como el presidente de la ODEPA, Mario Vázquez Raña.
Finalmente, el presidente de Venezuela, Luis Herrera Campins, declara abiertos los juegos.
Francisco "Morochito" Rodríguez, medallista de oro en los Juegos Olímpicos de México 1968 llevó el Fuego Panamericano al estadio, para así encender el pebetero, el cual ardería por los siguientes 15 días.
Caracas 1983 marcó una raya entre el pasado y el futuro de los Juegos Panamericanos.
Por primera vez se introdujeron y aplicaron nuevas tecnologías en los controles antidopaje, que los hicieron mucho más rigurosos, lo que provocó un fuerte escándalo en los juegos, en el cual varios atletas dieron resultados positivos originando así la estampida en masa de numerosos deportistas, 12 de ellos del equipo de atletismo de Estados Unidos por “motivos personales” (razones desconocidas).
Acto seguido, comienza un show cultural con danzas típicas venezolanas dirigido por Joaquín Riviera y coreografía de Mery Cortez.