Corta el distrito central del Ensanche en dos diagonalmente, de ahí su nombre.
Sin embargo, la plaza Cataluña ocupa una posición más privilegiada dentro del área urbana, y finalmente se convirtió en el centro.
Cuando Barcelona fue sede de los Juegos Olímpicos, se realizaron una serie de trabajos urbanísticos para adaptar diversas zonas a las necesidades del mencionado evento.
Esta intervención urbanística recayó en los arquitectos Maria Rubert de Ventós y Oriol Clos (arquitecto jefe del Ayuntamiento de Barcelona).
Obras finalizadas durante transición, hasta los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.