Quienes lo promueven intentan instalar que la arquitectura contemporánea ha superado a la postmodernidad, en pos de este nuevo estilo.
Ambos rechazan la ornamentación, las decoraciones aplicadas y los intentos deliberados de imitar el pasado.
Los edificios neomodernos, al igual que los modernos, están diseñados con énfasis en la funcionalidad y buscando una estética sobria con volumetrías monolíticas.
El neomodernismo se distingue marcadamente del modernismo original por su acercamiento al urbanismo, el área en que más críticas sumó el movimiento moderno en la segunda mitad del siglo XX, y toma los postulados del Nuevo urbanismo de los años '80, que rechaza la visión de la torre en el parque acuñada por Le Corbusier, en pos de edificios integrados en la ciudad que estén abiertos a peatones y usuarios.
Otros miembros son Juno Doran, Antony Micallef, Ghislaine Howard y Mark Demsteader.