[27] En el siglo XIX se realizaron numerosas divisiones, la mayoría efectuadas por motivos políticos, ya que los distritos marcaban también las circunscripciones electorales.
[30] En 1984 se aprobó la división actual en diez distritos, establecida con el objetivo de descentralizar el Ayuntamiento, transfiriendo competencias a los nuevos consistorios.
El máximo esplendor de la época romana se dio durante el siglo II, con una población que debía oscilar entre los 3500 y 5000 habitantes.
El recinto contaba con ochenta torres y ocho nuevas puertas, entre las que se encontraban varios enclaves de relevancia en la actualidad, como el Portal del Ángel, la Portaferrissa o La Boquería.
La ciudad seguía encorsetada en sus murallas —la única ampliación fue en la playa, el barrio de La Barceloneta—, pese a que al final del período tenía casi 100 000 habitantes.
A mediados del siglo XVI se amplió el puerto ante la campaña iniciada por Carlos I contra Túnez.
[80] La Revolución Industrial tuvo una rápida consolidación en Cataluña, siendo pionera en el territorio nacional en la implantación de los procedimientos fabriles iniciados en Gran Bretaña en el siglo XVIII.
Comenzó entonces un fuerte clamor popular, liderado por Pedro Felipe Monlau, quien en 1841 publicó la memoria ¡Abajo las murallas!, en la que defendía su destrucción para evitar enfermedades y epidemias.
En 1872 se colocaron raíles para su tracción, lo que aligeró el transporte, con coches de modelo imperial —de origen inglés—, tirados por dos o cuatro caballos.
Se construyeron así los mercados del Borne (1872-1876), San Antonio (1872-1884), Hostafrancs (1881), La Barceloneta (1884), Concepción (1887-1888), Libertad (1888-1893), Clot (1884-1889), Unión (1889), Gracia (1892) y Sants (1898-1913).
En este paseo destacaban las balaustradas de hierro forjado, los mosaicos del pavimento y unas grandes farolas, todo ello diseñado por Pedro Falqués.
Las obras se realizaron finalmente en 1908, con una financiación conjunta entre el Ayuntamiento y el Banco Hispano Colonial, la primera operación concertada de Barcelona.
Estas obras dieron al puerto prácticamente su fisonomía actual, exceptuando la construcción del muelle sur y la dársena interior en 1965.
En 1911 se fundó la compañía Barcelona Traction Light and Power —más conocida como La Canadiense—, que apostó por el aprovechamiento de los recursos hidráulicos del Pirineo, construyendo embalses en Tremp (1915) y Camarasa (1920).
[149] Tras la Guerra Civil la educación pública fue asumida por el gobierno central, hasta que con la llegada de la democracia pasó las competencias a la Generalidad.
El proyecto buscaba una organización espacial con base en los servicios públicos administrativos, que se tradujo en una división en 9 regiones y 38 comarcas.
[176] La construcción de viviendas se llevó a cabo, en muchos casos, sin una planificación urbanística previa, y utilizando materiales baratos que, con los años, provocarían problemas varios como la aluminosis.
Este aumento de la edificabilidad provocó unas diferencias notables entre edificios construidos en diferentes épocas, y provocó la presencia de numerosas paredes medianeras que afeaban el espacio urbano, problema que aún padece la ciudad pese a varios proyectos para subsanarlo, como la campaña Barcelona ponte guapa.
[195] En esas fechas se instauró igualmente la Zona Franca, un sector industrial ubicado entre la montaña de Montjuic, el puerto y el Llobregat.
Además del área propiamente industrial se emplazaron en el sector diversos barrios residenciales, como Casa Antúnez, Can Clos, la Vinya y Polvorín.
[199] Pese al auge del desarrollismo surgieron algunos intentos de reordenación urbana, como el Plan Director del Área Metropolitana de Barcelona (1966), que pretendía compatibilizar la rentabilidad y la construcción urbana, si bien su carácter orientativo no supuso una realización práctica; y el llamado Plan Barcelona 2000 (1970), un intento algo utópico de fijar criterios para la futura ciudad, donde predomina la importancia otorgada a las infraestructuras, al tiempo que se adquiere un compromiso realista con el carácter desordenado del crecimiento urbano.
Sin embargo, con el tiempo el plan fue reconocido como un intento renovador del urbanismo barcelonés, en consonancia con corrientes internacionales como el urban renewal o el renovation urbaine, y quedó en el imaginario colectivo la renovación de la costa, que por fin se llevó a cabo con motivo de los Juegos Olímpicos.
En 1940 se puso al frente de Parques y Jardines Lluís Riudor, iniciador del paisajismo en Cataluña.
Se creó con ese fin la Corporación Metropolitana de Barcelona, que englobaba la capital y 26 municipios del entorno.
[216] Durante este período se mejoraron numerosos tramos viarios de la ciudad, con avenidas anchas y frecuentemente ajardinadas pensadas principalmente para el tránsito peatonal.
El nuevo espacio se dedicó al ocio, con la creación del centro lúdico Maremagnum, unido a tierra por la rambla de Mar, un puente pivotante diseñado por Helio Piñón y Albert Viaplana.
[229] Por otro lado, el río Llobregat fue desviado en su tramo final 2,5 km al sur, con lo que se pudo ampliar el puerto en esa dirección.
[209] Los últimos años del siglo estuvieron marcados por la búsqueda de un urbanismo más sostenible y basado en criterios ecológicos.
Inicialmente estaba compuesto por Oriol Bohigas, Dominique Perrault, Richard Rogers, Ramon Folch, Jordi Nadal y Antoni Marí.
El tráfico está prohibido en línea recta, por lo que los vehículos solo pueden girar en las intersecciones, y se limita a 10 km/h.