Pero la débil base técnica y económica del consistorio barcelonés hizo que este encargo se fuese retrasando una vez tras otra.
El nuevo cambio político que se produce con la llegada al poder del general Leopoldo O'Donnell, un político liberal de carácter reformista, permitió activar, una vez más, el proyecto y en enero de 1859 el Ayuntamiento de Barcelona y el arquitecto Miquel Garriga i Roca firman una nueva y definitiva contrata para levantar el plano de Barcelona.
Aunque Garriga i Roca consideraba que había comenzado a trabajar en este plano a finales de 1855, las primeras tareas cartográficas se iniciaron en marzo de 1859.
Sin embargo, estos no fueron los últimos trabajos relativos al plano de Barcelona acometidos por Garriga i Roca.
[1] Teniendo en cuenta el gran número de mapas entregados, se pueden agrupar, según su escala y tipo de representación, en diferentes bloques o conjuntos cartográficos.
Así, en primer lugar, hay que hacer referencia a un bloque formado por dos planos generales.
En quinto lugar, hay que hacer referencia al principal conjunto cartográfico elaborado por Garriga i Roca: los planos parcelarios a escala 1:250 de la ciudad de Barcelona, más conocidos como quarterons.
Este conjunto está formado por 119 hojas de tamaño diverso, en las que está representado el parcelario urbano de la ciudad y la antigüedad de los edificios, así como una valiosa información sobre las operaciones topográficas realizadas por Garriga i Roca.
Los quarterons constituyen, por otro lado, un inventario exhaustivo de casi todos los elementos públicos que conformaban la Barcelona de mediados del siglo XIX (iglesias, fuentes, teatros, mercados, monumentos, etc.).