Las bicicletas están numeradas y tienen un diseño característico para evitar robos.
En el manillar, tienen una estructura metálica, que permite al usuario llevar un pequeño equipaje, sujetándolo con la ayuda de una goma elástica.
[1] Se prevé la colocación de 97 nuevas estaciones y la ampliación del servicio a 11 barrios donde actualmente no llegaba el Bicing –La Marina del Prat Vermell, Vallcarca-Penitents, la Salud, Vall d’Hebron, la Clota, Canyelles, Roquetes, Verdún, Trinitat Nova, Ciudad Meridiana y El Carmel-, así como el refuerzo en algunos barrios donde el uso es más intensivo.
El incremento más importante se da en los distritos de Horta-Guinardó, Nou Barris, Sants-Montjuïc, Sant Martí y Gracia.
[3] Durante la gestión de la primera generación de Bicing existieron algunos problemas con anclajes que no funcionaban o bicicletas con desperfectos (frenos, cadenas sueltas, neumáticos pinchados, marchas, etc.).
En ocasiones la devolución de la bicicleta no es correcta y desemboca en un cargo en la tarjeta por sobrepasar los 30 minutos gratuitos, algunos achacan este problema al servicio.
[5] El éxito del Bicing ha convencido a políticos en otras partes de España y América para proponer un servicio parecido, por ejemplo Madrid,[6] Hospitalet de Llobregat[7] y Buenos Aires, donde es completamente gratuito.
Por toda el área de la ciudad deberían colocarse bicicletas blancas a libre disposición, para que todo el mundo pudiera coger y dejar una bici en el lugar que le pareciera.
La policía cargó contra los asistentes a la Presentación de la Primera Bicicleta Blanca.