Krisztina Egerszegi

Empezó a nadar con apenas 4 años en el Club Spartacus en su ciudad natal, y muy pronto sus entrenadores se dieron cuenta de que estaban ante una deportista de cualidades extraordinarias.

En ese mismo año durante el verano se disputaron en Atenas los Campeonatos de Europa, donde no solo venció en 100 y 200 m espalda, sino que en ambas pruebas estableció sendos récords del mundo.

Para rematar su brillante actuación en estos campeonatos, ganó un tercer oro en los 400 m estilos.

Era la cuarta nadadora en la historia que ganaba tres oros en pruebas individuales en unos Juegos, tras Debbie Meyer, Janet Evans y Kristin Otto.

Tras su retirada disfrutó del merecido descanso tras años de privaciones y agotadores entrenamientos.

Krisztina Egerszegi fue y es poco conocida fuera de su país, aunque allí la adoran.

El Comité Olímpico Internacional le dio un merecido reconocimiento en 2001 otorgándole su máxima distinción, la Orden Olímpica de Oro que le fue entregada en Lausana por su presidente Juan Antonio Samaranch.