Marie-José Perec

De la mano del preparador Jacques Piasenta en pocos años llegaría a la élite mundial.

En 1993 tuvo una temporada difícil, con lesiones y problemas con su entrenador Jacques Piasenta, con el que rompió ese año.

En 1995, en los Campeonatos del Mundo de Gotemburgo ganó su segundo título mundial con 49,28 y sacando una gran ventaja a sus rivales.

Sin embargo Pérec logró hacer doblete ganando tanto en 200 y como en 400 m, algo que solo había conseguido antes la estadounidense Valerie Brisco-Hooks en Los Ángeles 1984.

En 1997 se lesionó, y tras una tímida reaparición, cayó enferma con el virus Epstein-Barr, perdiéndose toda la temporada de 1998.

Su carrera deportiva vino marcada también por los problemas físicos, así como por las numerosas polémicas en que se vio inmersa, debidas en parte a su carácter un tanto difícil.