Además, la técnica no había resuelto el problema del sonido, por lo que las funciones se acompañaban con un piano y un relator (ver cine mudo).
Seleccionaron este café ya que, según ellos, si el público era relativamente mínimo y la proyección era un fracaso, esta pasaría desapercibida.
Esta primera proyección es un éxito y marca el nacimiento oficial del cine como se conoce hoy en día.
Esa noche, por solo un franco, cualquier persona interesada pudo asistir a la primera proyección cinematográfica de la historia.
Esa misma noche se abre la sala al público que, por solo un franco, puede asistir a la sesión.
Las paredes parecen cobrar vida y las imágenes que, hasta ahora habían permanecido estáticas, empiezan a moverse.
Sin embargo, eso no les impide aprovechar su éxito y abrir una sala de mayores dimensiones para seguir con sus proyecciones.
El cine se vuelve un arte popular que atrae tanto a niños como adultos en las ferias y salas de proyecciones.
Los hermanos Lumières reaccionan a esa tragedia creando un sistema de enfriamiento para evitar que se caliente la película.
Como consecuencia, los productores independientes emigraron desde Nueva York y la costa este, donde Edison era fuerte, hacia el oeste, recientemente pacificado.
El cine, como manifestación artística, cuenta con diversos movimientos o corrientes a lo largo del siglo XX.
En Alemania, si bien no hubo un fuerte control sobre el cine, sí se rodaron numerosos documentales ensalzando a los nazis, como por ejemplo El triunfo de la voluntad de Leni Riefenstahl; varios cineastas contrarios al régimen, por su parte, prefirieron marchar al exilio, como por ejemplo Fritz Lang.
Sin embargo, la película sonora más exitosa fue El cantante de jazz (1927) en la que Al Jolson se inmortalizó pronunciando las palabras inaugurales: «Ustedes aún no han escuchado nada».
Algunas grandes estrellas fílmicas de Hollywood vieron naufragar sus carreras ante su mala dicción, su pésima voz o su excesiva mímica.
Quizás el único de los grandes del cine mudo que siguió haciendo filmes sin sonido fue Charles Chaplin, con Tiempos modernos (1936).
Así mismo, Sergei Eisenstein, Vsévolod Pudovkin y Grigori Aleksandrov manifestaron en 1928 por escrito su negativa al cine sonoro.
La primera pieza audiovisual que se realizó completamente con esta técnica fue el corto de Walt Disney Flowers and Trees, dirigida por Burt Gillett 1932.
Ya Georges Méliès había diseñado una curiosa fantasía llamada Viaje a la Luna, vagamente basada en la novela de Julio Verne.
Posteriormente la serie B evolucionaría hasta ser un género por derecho propio, pero en aquel tiempo, iba adosada al cine normal.
Personajes tan disímiles como Mario Lanza, Frank Sinatra, Marlene Dietrich, Jorge Negrete o Carmen Miranda, por mencionar unos pocos ejemplos casi al azar, desarrollaron carreras paralelas como cantantes y actores, con éxito variable según la época y el país.
Al mismo tiempo, los artistas, cada vez más célebres, empezaron a rebelarse contra las imposiciones de los estudios.
El neorrealismo se agotó pronto, pero muchos cineastas formados o desarrollados en este, siguieron rodando después (Federico Fellini, Luchino Visconti, Roberto Rossellini, etcétera).
Esta tendencia hacia un cine más realista y menos espectacular fue recogida en otros lugares de Europa.
Directores como Woody Allen, Martin Scorsese, Francis Ford Coppola, Robert Altman o Peter Bogdanovich también contribuyeron a ese paso del cine americano, pero siempre más amparados por la industria y sin alcanzar los extremos de marginalidad que caracterizaron al grupo de Cassavetes.
Sin embargo, en 1977, el cineasta George Lucas, con su película La guerra de las galaxias, cambió esto para siempre.
El siguiente paso vino con el surgimiento de las redes P2P ("peer to peer"), que permiten intercambiar información de todo tipo sin un servidor central, y que muchos usuarios empezaron a emplear para descargar películas gratuitamente desde la red, compartiendolas entre ellos.
Todo lo anterior abrió un intenso debate, que aún no termina, en torno al problema de la propiedad intelectual en Internet.
Esta democratización, por su parte, ha llevado a que muchos realizadores independientes hayan optado por el cine digital, grabando sus películas y editandolas por ordenador, para luego colocarlas en sitios de intercambio de información, como por ejemplo YouTube o Vimeo, este último muy utilizado por cineastas independientes.
Todas estas tendencias son incipientes, y aún es demasiado pronto para determinar cómo será el nuevo mercado del cine que emergerá en un futuro cercano.
Las modernas técnicas de producción digitales, asociadas a internet, han propiciado lo que se conoce como cine unipersonal o solo filmmaking, es decir, películas hechas casi íntegramente por una sola persona, circunstancia que se puede dar sobre todo en el cine de animación.