[1] La película está formada por varias escenas con plano fijo con una sola acción espacial en las que se van sucediendo una serie de trucos visuales.
Tras tocar las trompetas, las tres auxiliares se darán un paso atrás para unirse al resto y el militar hace la señal del despegue.
Barbenfouillis ordena al resto de los tripulantes que sigan hacia la nave, mientras que él se queda más resguardado intentando contener al ejército selenita usando el paraguas como escudo Eso provoca la huida de los científicos y persecución por los soldados selenitas.
Mientras la nave se aleja, los selenitas alzan las lanzas en señal de decepción y enfado por no poder apresarlos.
Más tarde aparece el selenita aparece en medio del festejo y se muestra amaestrado, sometido por una cuerda en su cuello para luego mostrar una estatua donde un astrónomo pisa la cara de la Luna con el cohete incrustado en su ojo mientras se realiza un desfile.
Méliès tuvo problemas con la selección del reparto, ya que en aquel momento los actores teatrales no quisieron participar en el cine al entenderlo un género menor.
Aunque no hubiese sonido hasta 25 años después, los actores hablan en sus películas para dar una mayor verosimilitud a la interpretación.
[6] La interpretaciones se basan en la mímica y la expresión exagerada ya que, según el historiador Roman Gubern, "Mèliés no ha comprendido, y el cine tardará años en comprenderlo, que la lejanía de las localidades no modifica sensiblemente la percepción del espectador".
[14] Los cinco astrónomos que acompañan al profesor Barbenfouilis fueron interpretados por Victor André, Brunnet, Depierre, Farjaut y Kelm.
George Méliès fue uno de los múltiples asistentes a dicha proyección y se interesó en adquirir el cinematógrafo.
[6] Méliès no cesó en su empeñó y acabó por conseguir una versión beta de Robert W. Paul por 1000 francos al que añadiría mejoras, junto a su amigo Lucien Reulos, su posterior operador de cámara, y el mecánico del teatro Robert-Houdin Lucien Korsten.
En este año llegó su mayor aportación al cine el stop trick rodando un documental en la ópera de París.
[4] Es, por ello que, a medidos del siglo XX, historiadores cinematográficos como George Saudol, pusieron como otra influencia Los primeros hombres en la Luna de H.G.
[22] Según el propio Méliès, la parte que más problemas le ofrecía en la realización de sus películas eran los efectos especiales.
[26] Según la propia Thuillier, la tarde antes ella detallaba lo que debían hacer las pintores por lo general una solo tenía un color asignado para cada uno de las trabajadores.
Al tener cada pintora una color determinado, un fotograma podría necesitar hasta 10 personas para que se terminase.
[31] Compositores más recientes hace desarrollo su propia música para la película como son Nicolas Godin y Jean-Benoit Dunckel d Air, Dorian Pimpernel Frederick Hodges, Robert Israel, Jeff Mills o Victor Young.
[44] La película no pretende ser científicamente plausible; Las verdaderas olas en la escena del chapoteo son la única concesión al realismo.
[46] Del mismo modo, el erudito literario y cinematográfico Edward Wagenknecht describió la película como una obra "satirizando las pretensiones de los profesores y las sociedades científicas, a la vez que apela al sentido de asombro del hombre frente a un universo inexplorado".
[47] También hay una fuerte vena antiimperialista en la sátira de la película[48][49] El estudioso del cine Matthew Solomon señala que la última parte de la película (la secuencia del desfile y la conmemoración que faltan en algunas impresiones) es especialmente contundente a este respecto.
[53] Langlois comentó que, a partir de esta película, Méliès alcanza la perfección decoración, el ritmo, movimiento y elocuencia.
[73] Inspirándose en Mélies, Segundo de Chomón lanzó al cine su filme Excursión a la Luna, muy pocos años después.
El dúo francés de música electrónica Air, homenajea al film titulando del mismo modo que la película a su disco editado en 2012.
[32] Méliès no se benefició del éxito de la película en Estados Unidos sino que lo hicieron Lubin, Selig o Edison, entre otros.
[79][80] Méliès poseyó agencias comerciales para promocionar la película en otros países, lo que motivó el éxito internacional.
[1][81] El propio Méliès afirmó en sus últimos años de vida que no era su mejor película, su favorita fue la desaparecida La Civilisation à travers les âges.
Griffith, Edwin S. Porter o Charles Chaplin, este último le apodaría como "El alquimista de la luz".
[98][47] también abrió la puerta a maestros del trucaje como Segundo de Chomón o Gastón Velle para crear un cine fantasmagórico.
[102] Viaje a la luna fue en gran parte olvidado por la historia y no se vio durante años.
Bromberg y Lange consultaron a varios laboratorios especializados en un intento de restaurar la película, pero debido a que el carrete de la película aparentemente se había descompuesto en una masa rígida, ninguno creía que la restauración fuera posible.