Biología de la conservación

[1]​[2]​[3]​ Para ello integra contribuciones de disciplinas muy diferentes que se basan en las ciencias naturales y sociales —tales como la ecología, la genética, la biogeografía, la biología del comportamiento, las ciencias políticas, la sociología, la antropología, etc.— y la práctica del manejo de recursos naturales.

[7]​[24]​ Antes del siglo XVIII, en gran parte de la cultura europea se consideraba como paganismo admirar a la naturaleza.

[27]​ Por eso, cuando se trata de la biodiversidad, la protección del medio ambiente debe ser una prioridad.

En su publicación de 44 volúmenes sobre la historia natural, propuso que las especies evolucionaron debido a influencias ambientales.

Contribuyó decisivamente en persuadir al rey Albert I de Bélgica a actuar en defensa del gorila de montaña y establecer el parque nacional Albert (posteriormente renombrado parque nacional Virunga) en lo que hoy es la República Democrática del Congo.

Aunque fue percibido como un movimiento de base, su desarrollo fue impulsado por la investigación académica sobre la vida silvestre urbana.

La visión del movimiento de que la conservación está inextricablemente ligada con otras actividades humanas fue inicialmente visto como radical, pero se ha convertido en la corriente principal en el pensamiento conservacionista.

¿Los conservacionistas introducen sesgos cuando respaldan políticas que usan una descripción cualitativa, como degradación del hábitat o ecosistemas saludables?

[5]​: 13  En contraste, algunos biólogos conservacionistas argumentan que la naturaleza tiene un valor intrínseco, independientemente de la utilidad antropocéntrica.

Sin embargo, esto fue posteriormente puesto en duda por Turvey y Risley,[117]​ quienes demostraron que tan solo la caza habría llevado la vaca marina de Steller a la extinción.

Las especies indicadoras son monitoreadas en un esfuerzo por capturar la degradación ambiental causada por la contaminación o algún otro vínculo con actividades humanas en la proximidad.

[118]​ En general, se recomienda monitorear indicadores múltiples (genes, poblaciones, especies, comunidades y paisajes) para obtener una medición confiable.

[119]​[120]​ Un ejemplo de una «especie paraguas» es la mariposa monarca, tanto por sus largas migraciones como su valor estético.

Por lo tanto, cualquier protección adjudicada a la mariposa monarca, también cubrirá muchas otras especies y hábitats.

[1]​ En general se acepta que hubo cinco importantes extinciones masivas globales en la historia de la Tierra.

Aunque la extinción de fondo es un fenómeno natural, la disminución de las especies está ocurriendo a un ritmo tan alto que la evolución simplemente no puede mantener el paso, lo que está conduciendo a la mayor extinción masiva continua en la Tierra.

[134]​ Los seres humanos dominan el planeta, y su elevado consumo de recursos, junto con la contaminación generada, está afectando los entornos en los que viven otras especies.

[137]​ La biología de la conservación desempeña un papel importante en los acuerdos internacionales que cubren los océanos del mundo.

Esto constituye una amenaza seria para las sociedades humanas que dependen en gran medida de los recursos naturales oceánicos.

Existe preocupación que la mayoría de las especies marinas no podrán evolucionar o aclimatisar en respuesta a los cambios en la composición química del océano.

[15]​ Dada la evaluación científica de las tendencias actuales, se predice que el océano tendrá pocos organismos multicelulares supervivientes, quedando solo microbios para dominar los ecosistemas marinos.

Las plantas forman el mayor volumen de biomasa en la Tierra y se sustentan gracias a sus relaciones con los insectos.

En 2018, el número total de abejas mieleras domesticadas del planeta se había incrementado en 45% en las últimas cinco décadas; expertos citados por el Sierra Club declararon: «las abejas de miel no van a extinguirse […] tenemos más panales que nunca».

[157]​ Los efectos del calentamiento global agregan una amenaza catastrófica hacia una extinción masiva de la diversidad biológica mundial.

Las especies más susceptibles son aquellas con bajas tasas intrínsecas de crecimiento, por ejemplo grandes mamíferos como las ballenas, elefantes y rinocerontes.

En contraste, el factor determinante del exterminio aviario el hombre, al no percibir un detorioro significativo en su expansión consumista y sus diferentes actividades humanas siguió buscando nuevas variedades de aves, a tal punto que están extintas 120 especies y 1200 están amenazadas que necesitan esfuerzos para su conservación.

Sin embargo su extinción definitiva se habría producido hacia 1873-1876, exterminada por los ganaderos escoceses que la culparon de predar sobre sus ovejas (Chebez & Bertonatti, 1994).

La fragmentación del hábitat puede ser analizada considerando la dinámica de las poblaciones subdivididas en pequeños parches.

Este factor puede exterminar a las especies nativas por competencia, depredación o destrucción de su hábitat.

La extinta águila del bosque (Harpagornis moorei) de Nueva Zelanda, que pesaba de 10 a 13 kg y predaba sobre grandes aves terrestres, se extinguió alrededor del año 1400 d. C., cuando desaparecieron los moas en Nueva Zelanda (Holdaway, 1989; Krebs, 2009).

Cámbrico Ordovícico Silúrico Devónico Carbonífero Pérmico Triásico Jurásico Cretácico Paleógeno Neógeno
Imagen de una gráfica circular que muestra la representación relativa de la biomasa en una selva lluviosa a través de un resumen de las percepciones de los dibujos e ilustraciones de niños (izquierda), a través de una estimación científica de la biomasa real (centro) y una medida de biodiversidad (derecha). Nota que la biomasa de los insectos sociales (en el medio) supera largamente el número de especies (derecha).
El desierto Tadrart Acacus en el oeste de Libia es parte del Sáhara .