El gran tamaño del águila puede haber sido una respuesta evolutiva al tamaño de sus presas, ya que habría sido sustancialmente menor cuando arribó a la isla, para luego crecer sustancialmente a lo largo del tiempo debido a la carencia de competencia (véase gigantismo insular).
[4] Haast nombró al águila Harpagornis moorei en honor de George Henry Moore, el propietario de Glenmark Estate en donde se encontraron los huesos del ave.
[6] Los análisis de ADN en 2005 han mostrado que esta rapaz estaba cercanamente relacionada con la mucho menor aguililla australiana, así como la aguililla calzada (ambas especies pertenecientes al género Hieraaetus[7]) y no, como se pensó en principio, a la relativamente grande águila audaz.
[10] Las águilas de Haast fueron las mayores rapaces conocidas, levemente mayores incluso que los más grandes buitres y con un tamaño parecido al de la especie extinta Amplibuteo woodwardi.
[12] Tenían una envergadura relativamente corta para su tamaño, midiendo aproximadamente 2.6 hasta más de 3 m en algunos casos.
Esta característica pudo haber compensado la reducción en el área de las alas al proporcionar sustentación adicional.
[2] No obstante, se ha planteado que las leyendas sobre el "Hakawai" y el "Hokioi" se refieren en realidad a la chochita del género Coenocorypha —en particular a la extinta subespecie de la Isla Sur—.
Por su parte, en algunas leyendas maoríes referidas al Pouakai éste mata humanos, comportamiento que los científicos creen que pudo haber sido posible si dicho ser se relaciona efectivamente con el águila extinta, dados su gran tamaño y fuerza.
Este fue el mayor de los aguiluchos (del tamaño de un águila pequeña) y un depredador menos especializado, y aunque se asume que se extinguió en tiempos prehistóricos, sus hábitos dietarios lo hacen un candidato más probable como superviviente hasta la era moderna.
Se puede observar un trabajo artístico representando al águila de Haast en OceanaGold's Heritage & Art Park en Macraes, Otago, Nueva Zelanda.
Se le muestra bien cazando moas, como también cazando a los primeros pobladores humanos de Nueva Zelanda, ya que estos se parecen vagamente a sus presas normales.