Georges-Louis Leclerc de Buffon

[3]​ Entonces, contando treinta y dos años, se le pidió que hiciese una descripción metódica de las colecciones conservadas en el gabinete real, lo que impulsó su dedicación a la Historia Natural durante los cuarenta y nueve años siguientes que le quedaban de vida, distribuyendo su tiempo entre París y Montbard.

La obra más célebre de Buffon es su Historia natural, general y particular (L’Histoire Naturelle, générale et particulière, avec la description du Cabinet du Roi, 1749-1788) presentada en treinta y seis volúmenes con ocho volúmenes adicionales publicados a su muerte (por Bernard de Lacépède).

Esta obra engloba el conocimiento del mundo natural hasta la fecha, excluyendo las plantas, los insectos, los peces y los moluscos.

En cuanto a materia geológica, el desorden de la tierra es solo aparente, ya que la tierra se deposita en forma de estratos; atribuye esta estratificación a la obra del agua, tanto la del mar como la del cielo, que, por medio de la erosión, deshace el orden estratificado por el agua marina.

Pero a partir de 1745, fecha en que está datada la primera de las Pruebas, añade a esta explicación la formación por el fuego, hipótesis llamada plutoniana o plutonismo.

Establece siete épocas según los hechos, los monumentos y las tradiciones: Soslaya los tropiezos que le ofrecían los textos religiosos afirmando que la interpretación del Génesis no debe ser literal y los siete días de que habla Moisés son precisamente las siete épocas por él descubiertas.

Para Buffon, las «degeneraciones» han podido afectar tan solo al tipo original de una especie por influencia especialmente del clima.

En particular su larga disputa con Thomas Jefferson y otros estudiosos norteamericanos al estar él convencido de que en América prevalecía un estado de evolución retardada tanto para las plantas y animales como para los indígenas.

En Les époques de la nature (1778) Buffon estudia el origen del Sistema Solar, sugiriendo que los planetas podrían haberse formado por la colisión sucesiva de cometas contra el Sol.

Para evitarse problemas, se disculpó por carta, explicando que había sido una "pura suposición filosófica".

Prosiguió sus investigaciones afinando sus cálculos y llegando a una cifra para la edad de la Tierra de 75.000 años, y publicó sus resultados en edad avanzada ya sin temor a las censuras eclesiásticas.

Estatua de Buffon en el Jardin des Plantes de París