A principios del siglo XIX, los partidarios del preformacionismo se distribuían en dos grandes grupos: quienes defendían que el animal previamente formado se encontraba en el esperma (el llamado animalculismo) y quienes lo situaban en el óvulo sin fecundar (el ovismo).
En primer lugar, el epigenetismo mecanicista de Descartes no había podido ofrecer un marco teórico convincente para la explicación del desarrollo.
[cita requerida] Wilhelm Roux y August Weismann fueron los principales defensores de la llamada "teoría del desarrollo en mosaico".
Para que la reproducción sea posible, antes de la primera división celular, la línea germinal debía ser "secuestrada".
El reduccionismo genético, según el cual el fenotipo está completamente codificado en el genotipo ha sido calificado como un nuevo tipo de preformacionismo.