Al morir su tío, el rey Leopoldo II, en 1909, sin descendencia masculina legítima, Alberto lo sucedió en el trono.
El pequeño ejército belga resistió al avance alemán y lo sostuvo el tiempo suficiente para que Gran Bretaña y Francia se prepararan para la batalla del Marne (del 6 al 9 de septiembre de 1914).
Durante los años siguientes el monarca gozó de alta popularidad en su patria, participó en expediciones de montañismo por Europa, promovió el sufragio universal en Bélgica, e inclusive visitó oficialmente los Estados Unidos, a la par que pedía evitar imponer condiciones severas que afecten a la población civil de la Alemania derrotada.
En 1935, el prominente autor belga Emile Cammaerts[2] publicó una biografía extensamente aclamada de rey Alberto I.
Murió a consecuencia de las lesiones sufridas en una caída mientras escalaba una montaña en Marche-les-Dames, las Ardenas, (Bélgica) en 1934.