María José de Bélgica

Reportes diplomáticos británicos provenientes de Egipto, en 1938, informaron de un supuesto complot para derribar a Mussolini, en el cual estaba involucrada María José, junto a políticos monárquicos, liberales y dirigentes fascistas enemistados con el Duce.

Este mensaje, transmitido en 1942, advertía sobre la posibilidad de que los Aliados tendrían un trato benevolente con Italia, si esta rompía su alianza con el Eje.

Ante el peligro de que fuesen capturados por fuerzas alemanas, María José y su familia, fueron internados bajo una fuerte vigilancia por parte del gobierno helvético.

Durante este periodo, apoyó a los partisanos que luchaban contra los nazis en la Lombardía.

Fue sepultada en la Abadía de Hautecombe, en la Saboya francesa junto a su esposo, Humberto II.

La princesa María José, en 1915.
El rey Humberto II y la reina María José junto al resto de la Familia Real visitan al papa Pío XII. A la derecha, el conde Ciano, ministro de Relaciones Exteriores.
La princesa de Piamonte, María José de Bélgica, en la década de los '30. En ese tiempo, María José era considerada una de las princesas más elegantes del mundo, al mismo tiempo, que mantenía contacto con opositores al fascismo.
Monograma de la reina María José de Italia