Sucedió a su padre, Leopoldo I, en el trono de Bélgica en 1865 y permaneció hasta su muerte.Tras varios años de denuncias internacionales por parte de personalidades británicas como Arthur Conan Doyle, Joseph Conrad o Roger Casement; y del líder socialista belga Émile Vandervelde, entre otros, gracias a las fotografías que había tomado la fotógrafa británica Alice Seeley Harris, el Estado belga se hizo cargo de la administración del Congo en 1908.En la actualidad, el papel de Leopoldo II en África sigue siendo controvertido entre los historiadores.[9] Por otro lado, según la biógrafa Barbara Emerson "Leopoldo no empezó ningún genocidio.[12] Su nacimiento fue una gran esperanza de continuidad para la joven nación belga, independiente desde 1830.Si Bélgica quería consolidar su existencia, su rey necesitaba tener un heredero varón de línea directa.[21] El matrimonio, por razones diplomáticas, fue mal recibido en Francia por Napoleón III, que veía con malos ojos el éxito de la familia real belga, emparentada con la dinastía rival de los Orléans.[23] La diferencia de personalidades entre los jóvenes cónyuges se hizo evidente cuando estuvieron en las Tullerías en 1855.Lady Priscilla de Westmorland escribió: "Se diría que [Leopoldo] tiene dieciséis años.Imagínate la gracia que le debe hacer a su esposa cuando él se da aires de maestro".[24] De este matrimonio nacieron cuatro hijos, tres hembras y un varón, también llamado Leopoldo.María Enriqueta se retiró permanentemente a Spa en 1895 y allí murió en 1902.Al año siguiente, poco después de la muerte del rey, Lacroix se casó con su amante, Antoine Durieux, quien adoptó a los hijos.[cita requerida] Se estableció el descanso dominical y una compensación en caso de accidente laboral.En este último caso, el Referéndum Real podría haberle suministrado un apoyo popular para negarse a firmar leyes que desaprobaba, lo que equivalía a disponer del derecho de veto.[28] En el aspecto militar, con tal de mantener la neutralidad del reino y preservarlo de invasiones alemanas o francesas, mandó fortificar el río Mosela y las ciudades de Amberes, Namur y Lieja, asimismo instituyó el servicio militar obligatorio para un hijo por familia (1909).No en vano sus hijas mayores, Luisa y Estefanía, se habían casado con príncipes extranjeros.En 1903, el Estado belga aceptó la donación a cambio que los bienes fueran financieramente autónomos.[33][34] Los bienes de la Donación se dividieron en cuatro grandes bloques: La Donación Real fue en origen administrada por un departamento del Ministerio de Finanzas, pero desde 1930 constituye un organismo público autónomo bajo la supervisión del mismo ministerio.Pretendía establecer normas comunes filantrópicas para proteger el continente africano y sus habitantes de la explotación comercial indiscriminada, dado que con las últimas exploraciones se acababa de abrir África a la penetración europea.Con este fin la Conferencia decidió crear un organismo permanente, la Asociación Internacional Africana (AIA), presidida por el propio Leopoldo, para promocionar la paz, la civilización, la educación y el progreso científico, y erradicar la trata de esclavos que era una práctica común a buena parte del continente.Stanley fue encargado de conseguir contratos con los jefes indígenas, para que la AIA explotase las regiones descubiertas, convirtiéndolas en "Estados libres".[40] El historiador congoleño Ndaywel e Nziem eleva la cifra a trece millones de muertos,[37] mientras que los historiadores Roger Louis y Jean Stengers consideran que esas cifras no tienen fundamento al no existir datos de población para aquellos años.La Donación Real es desde 1930 un organismo público autónomo del Estado belga, que gestiona el patrimonio heredado de Leopoldo II.[47] En sus últimos años, se acarreó una mala reputación entre sus súbditos por su conducta poco ejemplar.Leopoldo les otorgó títulos de cortesía que eran honorarios, ya que el parlamento no habría apoyado ningún acto o decreto oficial: Estado Libre del Congo: Prusia: Caballero del Águila Negra; Gran Cruz del Águila Roja; Gran Comandante de la Orden de Hohenzollern
Leopoldo de joven con el uniforme de los Granaderos (retrato de Nicaise de Keyser)
Leopoldo y María Enriqueta alrededor de 1857
Una caricatura política que ridiculiza la historia de amor de Leopoldo con Caroline Lacroix.
El abad:
¡Oh! Señor, a su edad?
El Rey:
¡Deberías probarlo por ti mismo!
En los territorios que pertenecían a Leopoldo II, el castigo por desobediencia -o por no "
cumplir la cuota de trabajo
"- era la
amputación
violenta de una mano.
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La reina María Enriqueta con el príncipe Leopoldo, duque de Brabante, en 1864