Los cereales se servían a menudo con verduras (col, espinacas, cebollas, lechuga, rábanos, lentejas, habas o garbanzos).La frase «no comer más que cebada» es el equivalente de «estar a pan y agua».Era costumbre que salieran cuando los convivios habían terminado de comer, y podían entablar conversaciones libremente.En las familias más pobres, eran las mujeres y niños, si creemos a Aristóteles, los que paliaban la falta de esclavos.En el siglo IV a. C., la mesa generalmente toma una forma redonda, a menudo con pies zoomorfos, como por ejemplo las patas de un león.Luego se sirvió a todo el mundo, para la cena, un plato que contenía un cerdo asado muy grande.Las sisitias (τὰ συσσίτια/ta sissitias) eran comidas obligatorias compartidas en el contexto social o religioso en grupo que reunían a los hombres y la gente joven.Los cereales (σῖτος / sĩtos) constituyen la base de la alimentación griega, principalmente el trigo y la cebada.[24] Se conocía la levadura y corresponde a los griegos el invento del horno precalentado en su interior y con apertura delantera, que después se emplearía en cocina, pero el horno de piedra no aparecerá hasta la época romana.[29] Sin embargo, desde la época clásica, y para los que tenían medios económicos el pan se podía encontrar diariamente en las panaderías.En La paz, Aristófanes emplea la expresión ἔσθειν κριθὰς μόνας, literalmente «comer solo cebada», equivalente de «estar a pan y agua».Opson designaba todo alimento que no fuera pan: aceitunas, ajo, cebollas, legumbres, queso, carne, pescado, fruta y golosinas.Los arietés y diakonon en forma de media luna se dedicaban a Artemisa, entre pequeñas velas encendidas.Por ejemplo, en la Ilíada, el término designa a la carne; después, en la Odisea, su significado se extiende al pescado.«Alimento de atletas por excelencia», dirá Platón.Para proteger este principal recurso del Ática se prohibió su exportación.Y querefonte le dijo: «bien, querido amigo, pero su peso extra me molesta, donde quiera que esté».[45][46] En Creta, las mejores porciones se asignaban a los ciudadanos particularmente sabios o buenos guerreros; en otras ciudades, como Queronea, las porciones se obetenían al azar, lo que daba a todos la misma oportunidad para conseguir un buen o un mal trozo.[62] Sepias y pulpos eran regalos tradicionales en las fiestas de la Anfidromia, en la que los padres ponían el nombre a sus hijos.[63] En cuanto a los moluscos, se pueden probablemente reconocer en los que mencionan las fuentes, como el mejillón, nacra, abulón, almeja, la lapa, vieira y almejón.[74] Πυριατή pyriatē y oxygala (οξύγαλα) eran productos de la leche cuajada, similar al queso cottage,[75] o quizá yogur,[74][76] que normalmente se comía con miel.Ateneo cita[83] a un cierto número de filósofos, reputados por no beber agua, hábito conjugado con una alimentación vegetariana (cf.[91] Las vasijas permanecían cerradas hasta el final del invierno, que en Ática correspondía a la fiesta de las Antesterias.En la Ilíada la bebida preparada por un sirviente para Macaón,[110] era un ciceón que se consumía con queso de cabra rallado y cebolla.[117] Hasta el siglo III a. C., la frugalidad impuesta por las condiciones físicas y climáticas del país se llevó a cabo con virtuoso.El campesino Hesíodo, consideraba como un festín la carne asada, la leche y las tortas, todo a la sombra de una bella jornada.Plutarco[124] relata que un rey del Ponto, con curiosidad por probar el famoso «caldo negro» espartano, compró un cocinero laconio.En cambio, a quien inclina sus gustos hacia la carne, los rodios lo desprecian como individuo vulgar y glotón».Los convidados cultivados del banquete puesto en escena por Ateneo en los siglos II-III consagran una gran parte de su conversación a consideraciones enológicas y gastronómicas.[132] Empédocles (siglo V a. C.) condenaba el consumo de carne y adoptó una postura cercana al vegetarianismo moderno.[150] Por el contrario, cree que la dieta debe ser adaptada a cada atleta y prescrita por un médico higienista.