La Técnica de fondo blanco de vasos pintados floreció en Atenas y Etruria entre finales del siglo VI a. C. y finales del siglo V a. C. Los restos más antiguos de una cerámica pintada con esta técnica, pertenecen a un kántharos datado en torno al 570 a. C. y firmado por el alfarero-pintor Nearco, que se encontró en la Acrópolis de Atenas (Akropolis 611).
[1] El método consiste en un engobe blanco de una arcilla calcárea local aplicada a un vaso de terracota y posteriormente pintado.
En un posterior desarrollo de la técnica, se aplicaba a menudo un lavado de color a la ropa o a la piel de las figuras representadas.
El uso de un fondo blanco en conjunción con la pintura del contorno no se desarrolló hasta c. 520 a. C. y se asocia con los talleres donde trabajaron el Pintor de Andócides, Nicóstenes y Psiax.
[2] Durante el período clásico se pueden identificar tres formas principales: lecitos, kílices y cráteras.