Lamingueiro Fernández señaló que ya desde los siglos X y XI los monarcas leoneses intentaron hacer que su presencia fuera efectiva en todos los lugares de su jurisdicción, por lo que se vieron obligados a llevar a cabo una política particular en cada uno de ellos, y de ese modo aparecieron las merindades mayores y menores, las tenencias, los alfoces y posteriormente, a mediados del siglo XIII, los adelantamientos.[1] En el reinado de Fernando III de Castilla ya estaban plenamente definidas las jurisdicciones de los merinos mayores y menores, y Lamingueiro Fernández señaló que los primeros eran oficiales de la Corona de alto rango, con extensas competencias jurídico administrativas, y con poderes recibidos directamente del rey.[1] Y fue también el rey Fernando III quien designó merinos mayores para el reino de Castilla y posteriormente para los de León, Galicia y Murcia.[3] A la muerte de Fernando III, su hijo y heredero, Alfonso X de Castilla, mantuvo la misma división administrativa que había existido en el reinado de su padre, y de ese modo todos sus territorios continuaron divididos en cuatro merindades mayores, aunque en 1253 se creó el adelantamiento mayor de la frontera para los reinos de Jaén, Córdoba y Sevilla, que estaban situados junto al reino nazarí de Granada,[1] y en 1258 los merinos mayores de León, Castilla y Murcia fueron reemplazados por adelantados mayores.[4] Y cinco años después, en 1263, Alfonso X también nombró un adelantado mayor de Galicia para reemplazar al merino mayor de ese territorio.
Escudo de armas
del infante
Manuel de Castilla
, hijo del rey
Fernando III
, que fue usado también por sus descendientes, como el célebre escritor Don Juan Manuel o el hijo y heredero de este último, Fernando Manuel de Villena.
Gran dobla
o
dobla de a diez
de Pedro I de Castilla, hijo y sucesor del rey Alfonso XI, acuñada en Sevilla en 1360. (
M.A.N.
,
Madrid
).