Conquista de Córdoba

Ese año falleció su esposa Beatriz de Suabia y Fernando se trasladó al norte.

Además, unos desertores moros informaron a los cristianos de que la ciudad estaba desguarnecida y sería muy fácil llegar a la Axerquía, tal y como ha sido documentado: Los cristianos, viendo la debilidad en la que se encontraba la ciudad, decidieron comenzar la conquista sin la presencia del rey.

Ibn Hud, alertado por los cordobeses, partió de Murcia con un potente ejército y acampó en Écija.

Fernando se colocó en la orilla izquierda del río para taponar el puente romano, defendido por la torre de la Calahorra.

Cuando Lorenzo Suárez se encontró con Fernando III le propuso lo siguiente: que realizase hogueras en diversos puntos por la noche para dar la sensación de tener muchas tropas mientras él iba a volver a hablar con Ibn Hud para convencerle de la fortaleza del ejército cristiano.

[3]​ Ibn Hud, que tampoco necesitaba demasiados argumentos para no combatir contra Fernando III, tomó la decisión de retirarse.

La ciudad, abandonada por su emir, planteó rendirse y pedir a Fernando que les dejase marcharse llevando sus enseres, sin embargo, al notar que el contingente cristiano era muy pequeño decidieron resistir más.

[5]​ A la ausencia del Rey se unió una enorme carestía de los víveres y las provisiones.