Pedro de Guzmán, llamado el Cojo (fallecido en 1616) fue pintor del rey Felipe III, por nombramiento dado en Valladolid el 10 de febrero de 1601.
En el entorno del duque pudo entrar en contacto con Lope de Vega, que se ocupa de un retrato que le había pintado Guzmán, quizá solo esbozado, en uno de los sonetos de las Rimas, en el que aludía a las infidelidades de su amada Elena Osorio:
En 1601 fue nombrado pintor del rey, cargo que desempeñó hasta su muerte con unos gajes de 240 ducados anuales (90.000 maravedís), una cantidad igual a la que percibían los pintores italianos venidos a trabajar en El Escorial y el triple de lo que percibía un pintor de cámara como Alonso Sánchez Coello o Juan Pantoja de la Cruz.
[3] De retorno a Madrid, trabajó con los restantes pintores de la corte en la decoración del Palacio de El Pardo, correspondiéndole las pinturas de la bóveda del cuarto del Rey, no conservadas.
[5] Para el cargo de pintor del rey que dejaba vacante fue designado Pedro Antonio Vidal, pero la Junta de Obras y Bosques solicitó que se dejase la plaza sin cubrir por las dificultades económicas del momento y solo con el nombramiento de Velázquez en 1623 se volvió a pagar una cantidad igual a un pintor del rey.