Fue precisamente en ese año cuando la nobleza gallega no dando por legítima la dinastía Tratamarista del antedicho rey de Castilla, deciden proclamar a Fernando I rei de Galicia.
Aunque esta alianza no duró más de tres meses la corte do rei Formoso se instaló en La Coruña con el apoyo de un Andrade, Nuño Freyre.
También durante su reinado se favorecieron las relaciones comerciales, constando la presencia de comerciantes internacionales en Lisboa.
La navegación vivió también una época dorada, permitiéndose la tala de bosques reales para la construcción de navíos y concediendo importantes exenciones fiscales en actividades navieras.
El nacimiento de su hija Beatriz, la convirtió en una baza para la paz con Castilla.