Es venerada como beata por la Iglesia católica, y su fiesta se celebra el 17 de julio.
Nieta del emperador Federico II por parte paterna y del conde Amadeo IV de Saboya por parte materna.
Este matrimonio, que sellaba la alianza entre Aragón y Sicilia, sirvió de palanca para extender la influencia aragonesa en el Mediterráneo central en perjuicio de los intereses franceses.
Pedro encargó el gobierno de la isla a la reina y a los infantes Jaime y Federico, pero Constanza prefirió dejar el gobierno en manos de sus hijos.
En 1285 quedó viuda y en 1297 se trasladó a un convento de clarisas en Barcelona, donde murió en 1302.