Alfonso III de Aragón

Aunque las tropas musulmanas opusieron resistencia, se vieron forzadas a replegarse al castillo de Sent Agáyz (Santa Águeda) y a pedir la rendición.

Los que no pudieron pagar fueron vendidos como esclavos en mercados del norte de África, como Bugía o Trípoli.

Al rey Abû’Umar se le permitió abandonar la isla hacia Berbería con 200 familiares o allegados, además de su biblioteca, los restos mortales de su padre Said Ibn Hakam, cincuenta espadas y ajuar para el viaje.

Permaneció en Ciudadela durante 45 días, donde dictó las directrices para el gobierno de la isla y mandó construir la Iglesia Catedral sobre la antigua mezquita, aunque su construcción empezó alrededor de 1300, cuando Alfonso III ya había fallecido.

Si el rey obraba en contra de lo estipulado en este documento, los nobles podían «desnaturarse» (negar la obediencia y elegir otro soberano sin incurrir en nota de infidelidad).

Llevó a cabo una política anticastellana siguiendo la política de su padre Pedro III debido a la pasividad que mantuvo Sancho IV de Castilla frente al ataque francés de 1285, ya que el rey castellano no prestó la ayuda prometida.

En compensación Alfonso de la Cerda se comprometía a ceder el reino de Murcia a Alfonso III, pero tal cesión nunca fue efectiva.

Sus mayores problemas en el escenario internacional fueron su conflicto frente a Francia, los Valois y el papado por los derechos de su hermano Jaime sobre Sicilia, al que en primera instancia apoyó pese a las presiones extranjeras.

Puesto que Jaime no renunció al trono de Sicilia, se avecinaba un nuevo conflicto, que no se produjo por la repentina muerte de Alfonso.

En 1290 firmó un tratado comercial con el emperador bizantino Andrónico II que autorizaba a todos los mercaderes de los territorios dominados por Alfonso III a comerciar con el imperio pagando a la entrada y salida de los productos una tasa del tres por ciento.

Legó los reinos de Aragón, Valencia y Mallorca y los condados catalanes a su hermano Jaime, rey de Sicilia, bajo la condición de que este renunciara a este reino y lo cediera a su otro hermano Federico.

Estatua del rey Alfonso III el Liberal en la ciudad menorquina de Mahón .
Su tumba
Sepulcro de Alfonso III el Liberal en la Catedral de Barcelona (es el sepulcro de la izquierda).