En 1291 Acre fue conquistada por los musulmanes el 28 de mayo, dejando así sin su última posesión al reino de Jerusalén, título que pasó a ser nominal.
Hugo de Sully mantuvo las posesiones en Albania contra los griegos y los serbios.
Mediante este tratado, la casa de Valois renunciaba a los reinos de Aragón que le había cedido el Papa y el rey Alfonso se reconocía como feudatario del Papa al tiempo que prometía ir a las Cruzadas y retiraba la ayuda a su hermano, Jaime I de Sicilia.
Carlos II se adhirió al tratado por el acuerdo de Brignols.
Poco después se reinició la guerra contra Nápoles que exigía la separación de las dos coronas.
El Parlamento siciliano se reunió en Catania y rechazó la entrega del país a Carlos II; el rey Jaime III fue declarado sin derecho al reino y, en virtud del testamento de su padre, su hermano Federico fue proclamado rey el 25 de marzo de 1296.
Los aragoneses invadieron Sicilia y asediaron Siracusa que resistió, pero conquistaron Catania.
Federico renunciaba a Calabria y se casaba con Leonor, hija de Carlos.
Más al norte conquistó Alba, Asti y Mondovi en el Piamonte que cedió a Rinaldo di Leto en 1304.