Carlos de Anjou

Posteriormente amplió su poder en los Balcanes y en 1277 intervino para apoderarse del Reino de Jerusalén.

Los marqueses de Saluzzo, Ceva y Cravansana se declararon vasallos.

Dos años más tarde sometió las ciudades de Aviñón, Arlés y Marsella que se habían sublevado.

Después venció al jefe de los gibelinos de Cremona, Buoso Doara, que huyó, ocupando Carlos la ciudad; fue reconocido señor en Parto, Pistoia y Luca, así como en Ancona, Rímini, Módena, Mantua, Ferrara, Milán y Brescia.

Incluso Corfú reconoció al nuevo rey, Carlos I de Sicilia.

Conradino entró en Roma, donde Enrique se había hecho proclamar senador.

Nápoles fue declarada capital del reino de Sicilia, en sustitución de Palermo, y mandó ejecutar a los nobles sicilianos que le habían traicionado.

Miguel, sin embargo, había repartido sus dominios entre sus dos hijos; Andrónico Nicéforo (Epiro) y Juan (norte de Tesalia), así que Carlos no fue realmente rey hasta la renuncia (1273) de Nicéforo.

Por esos tiempos, los gibelinos recuperaron posiciones en Italia: Génova, Monferrato, Pavía, Novara, Verona y Mantua.

El nuevo papa Nicolás III, perteneciente a la casa de Orsini, rival tradicional de la casa de Anjou, no ayudó a mejorar la situación, sino que hizo perder a Carlos Bolonia y otras ciudades (hasta 1280 no llegó al papado Martín IV, que era francés).

En 1280, el papa Martín IV le era favorable para conquistar Constantinopla, de la que Carlos reclamaba el trono como emperador latino frente al emperador bizantino Miguel VIII Paleólogo.

Pedro se dirigió a la isla y desembarcó en Trápani el 29 de agosto; el día 30 entró en Palermo.

Los sicilianos al servicio del príncipe Pedro fueron vencidos en Magliano di Marsi, aunque los angevinos sufrieron una derrota definitiva en Mesina; perdieron en esta batalla a unos 10 000 soldados.

En el último intento en 1285, los franceses entraron por el territorio rosellonés del rey de Mallorca y acamparon en Elna y Perpiñán, cruzando por La Massana en el mes de junio.

En esta delicada situación, la nobleza aragonesa se conjuró en la «Unión» (juramentos de Tarazona y Zaragoza) y reclamó derechos que el rey Pedro tuvo que conceder (un privilegio general además de privilegios locales) con la excención de impuestos para establecerse en Sicilia y Calabria.

La flota aragonesa atacó Nápoles y recuperó Ischia, conquistando también Capri.

Después de dejar a su noble prisionero en Sicilia, Roger de Lauria pasó a Calabria en agosto y ocupó Nicotera, Catelvetro y Castroiviceri.

Blasón de Carlos de Anjou hasta 1246. Los castillos del borde hacen referencia a Castilla, tierra de origen de su madre.
Escudo de armas de Carlos I de Anjou.
Imperio de Carlos de Anjou.
Sepulcro de Carlos de Anjou.