Tras la muerte de su padre, se convirtió en Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, a pesar de la oposición papal.
Hijo del emperador germánico Federico II y de su segunda esposa Yolanda de Jerusalén, se casó con Isabel de Baviera, con la que tuvo un hijo, Conradino, en 1252.
Se enfrentó con los nobles germanos Enrique Raspe, Landgrave de Turingia, y con el conde Guillermo de Holanda (que se habían opuesto a su padre desde su excomunión por Inocencio IV).
Conrado IV fue excomulgado por el papa en el año 1254, pero antes de que pudiera volverse contra él, murió de malaria ese mismo año en Lavello (Basilicata).
[1] Sus sucesores, Manfredo y Conradino continuaron la lucha contra el Papado, aunque infructuosamente.