Era elocuente, inteligente, de buen humor y generoso sin llegar a ser extravagante.
Ninguno de sus hijos nació antes del año 1140 (aunque puede ser que hubiese alguno anterior que muriese en la infancia y no haya quedado constancia de su existencia), y el más joven nació en 1162.
Entonces lo intentó con las hermanas del rey Guillermo I de Escocia, pero ya estaban prometidas o casadas.
Mientras, el emperador bizantino Manuel I Comneno acudió a Guillermo buscando apoyos para su política sobre Italia.
A Guillermo le parecieron muy provechosas sus promesas y rompió con Federico para aliarse con el bizantino.
Pero poco después Guillermo capturó al Canciller en la batalla de Camerino.
Incluso amenazó con dispararle una flecha el mismo cuando le fue presentado como rehén ante los muros de la ciudad.
Parece haber acabado sus días en Tiro, junto a su hijo Conrado.