Ricardo incluso se había rebelado tres veces contra él, teniendo que ser comprado con espléndidos regalos.
Ese mismo año adquirió la que se convertiría en su vivienda habitual, el castillo de Wallingford, en Berkshire (ahora Oxfordshire) gastando mucho dinero en su remodelación.
Además de esta, tenía otras residencias favoritas en Marlow y Cippenham, en Buckinghamshire.
Oponiéndose a Simón de Montfort, encabezó una rebelión en 1238 como protesta por el matrimonio entre este y su hermana Leonor.
Sin embargo, desistió al ser nuevamente aplacado con ricos dones y regalos.
No obstante Ricardo la enterró en la abadía de Beaulieu,[4] aunque en un gesto piadoso envió su corazón a Tewkesbury.
Poco después, ese mismo año, Ricardo partió hacia Tierra Santa.
También volvió a fortificar Ascalon, que había sido destruida por Saladino.
[9] En cambio, su hermano Enrique sí aceptó la propuesta del papa, comprando el reino para su propio hijo, Edmundo.
Por otro lado, Otakar II votó inicialmente por Ricardo, pero poco después apoyó a Alfonso y finalmente accedió a apoyar al conde de Cornualles, logrando así la mayoría simple requerida.