Felipe, que le acompañaba, regresó a Francia y fue ungido rey en Reims en 1271.
Con su ejército atormentado por las enfermedades, se vio obligado a retirarse y murió de disentería en Perpiñán en 1285.
[4] Al ser el descendiente más joven, no tenía pensado gobernar Francia, sin embargo, con la muerte de su hermano mayor Luis en 1260, se convirtió en el heredero natural al trono.
[5] Su madre Margarita le hizo prometer que permanecería bajo su tutela hasta los treinta años.
[14] Con veinticinco años y enfermo de disentería, Felipe fue proclamado rey en Túnez.
Esta herencia incluyó una parte de Auvernia, más tarde el Condado homónimo y Agenais.
[33] En consecuencia, Felipe procedió a realizar una campaña para devastar y despoblar el Condado de Foix.
[34] Finalmente, el 5 de junio, Roger Bernardo se rindió, por lo que fue encarcelado y encadenado en Carcasona durante un año.
[37] En consecuencia, Blanca y Felipe firmaron el Tratado de Orleans de 1275, que dispuso el matrimonio entre un hijo del rey francés (Luis o Felipe) y Juana.
[37] Dicho tratado indicaba que Navarra sería administrada desde París por gobernadores designados.
[43] El Papa Martín IV excomulgó a este último y declaró a su reino como perdido, y en consecuencia, este concedió Aragón al hijo de Felipe, Carlos de Valois.
[47] El conflicto tomó el nombre de «Cruzada aragonesa» por su sanción papal; sin embargo, un historiador lo calificó como «quizás la iniciativa más injusta, innecesaria y calamitosa jamás emprendida por la monarquía de los Capetos».
[49] Felipe experimentó rápidamente una reversión, ya que una epidemia de disentería golpeó el campo francés y afligió al rey personalmente.
[37] Continuó en gran medida las políticas de su padre y dejó a sus administradores en su lugar.