Balduino puso todo su empeño y firmeza para acabar con las querellas de sus barones.
El conflicto que estalló poco después entre el rey y el conde de Flandes puso a Balduino en una situación verdaderamente insostenible.
El conde de Flandes, finalmente, decidió retirarle su apoyo y se produjo la ruptura.
El conde de Namur rechazó el acuerdo precedente para nombrar a su hija Ermesinda su heredera.
Finalmente, Matilde, renunció a sus pretensiones y Felipe Augusto aceptó el vasallaje del nuevo conde de Flandes.