Beatriz de Portugal (reina)

Desde entonces la reina Beatriz se ocupó y preocupó del mantenimiento de los exiliados portugueses en Castilla fieles a su causa dinástica al trono portugués, y tras la muerte de su marido pasó a un segundo plano en la corte castellana.Desde la segunda década del siglo XV su rastro documental va difuminándose hasta desaparecer hacia 1420.Para asegurar la sucesión del trono en Beatriz frente al infante Juan, la reina Leonor ideó una trama en la que se acusaba de adulterio a la propia hermana de la reina, María Teles, que era la esposa del infante Juan.Para negociar esta alianza llegó a Portugal un exiliado petrista, Juan Fernández de Andeiro, que tendría posteriormente una destacada influencia en la corte portuguesa.Cuando el rey castellano tuvo noticias de este acuerdo, por parte del exiliado infante Juan, selló su alianza con Francia por el tratado de Vincennes, adscribió el reino castellano a la obediencia del papa de Aviñón,[12]​[13]​ y emprendió la tercera guerra fernandina.[14]​ Mientras el rey Fernando y sus consejeros estaban en Elvas para discutir la guerra, el 19 de julio de 1382 la reina Leonor Téllez dio a luz a un hijo que vivió sólo cuatro días.Además, Portugal volvió a la obediencia del papa de Aviñón, en un reino dividido religiosamente por el cisma.En estas capitulaciones se estipulaba que a la muerte de Fernando I sin hijos varones, la corona pasaría a Beatriz, y su marido se intitularía rey de Portugal.Una vez realizado los esponsales, Beatriz pasó a residir en Castilla con su marido.[24]​ Por su parte, la reina Leonor dio a luz el 27 de septiembre una niña que vivió sólo unos días,[29]​ por lo que Beatriz seguía siendo la única descendiente legítima del rey Fernando.[23]​[26]​[49]​[50]​ Para Juan I de Castilla, el matrimonio con Beatriz le suponía mantener un protectorado sobre el reino portugués y la posibilidad de impedir a los ingleses establecerse en la península ibérica.Frente a esto, los campesinos, que habían mejorado su situación como consecuencia del despoblamiento del campo, temían un refuerzo de los privilegios de la nobleza; y por otro lado, los comerciantes, artesanos, funcionarios públicos y amplios sectores de la pequeña nobleza, temían su anulación política, social y económica frente a un incremento del poder de la nobleza portuguesa y frente la amenaza de un dominio castellano que favorecía la agricultura por encima del comercio.La reina Leonor huyó de Lisboa con la corte[57]​ y se refugió en Alenquer.El maestre constituyó su propio Consejo en el que figuraba João das Regras como canciller, y pidió ayuda a Inglaterra; además, trató de asediar Alenquer, pero Leonor huyó a Santarém,[60]​ de modo que regresó a preparar la defensa de Lisboa.[65]​ Y muchos caballeros y gobernadores de castillos se presentaron a jurar obediencia tanto a él como a su esposa Beatriz,[49]​[66]​[67]​ como los de Santarém, Ourém, Leiría, Montemor o Velho, Feira, Penella, Óbidos, Torres Vedras, Torres Novas, Alenquer, Cintra, Arronches, Alegrete, Amieira, Campo Maior, Olivenza, Portel, Moura, Mértola, Braga, Lanhoso, Valença do Minho, Melgaço, Vila Nova de Cerveira, Viana do Castelo y Ponte de Lima, Guimarães, Caminha, Braganza, Vinhais, Chaves, Monforte, Miranda de Duero, Montalegre, Mirandela, Castelo Rodrigo, Almeida, Penamacor, Guarda, Covillana o Celorico da Beira.Esto alentó a la causa del maestre de Avís a justificar la revuelta en tanto que se había conculcado el tratado de Salvaterra de Magos;[71]​ y además, la nobleza, que había apoyado mayoriatariamente a Leonor, se escindió, produciéndose traspasos al partido del maestre, como el canciller de la regente, Lourenço Eanes Fogaça.Beatriz también salió del reino portugués, y sería la última vez que estuviera allí.[76]​ Después se dirigió a Coímbra, donde había convocado Cortes para marzo de 1385.Tras las Cortes, el nuevo soberano emprendió una campaña para obtener el control del norte del reino, y así obtuvo Viana do Castelo, Braga y Guimarães.El fallecimiento de Enrique III en 1406 marcó un nuevo rumbo en las relaciones con Portugal.Mientras que la vida de Beatriz en Castilla no se modificó, ya que el testamento del rey Enrique III indicaba que se respetara el mantenimiento de Beatriz; para el gobierno del reino castellano, se formó una regencia para el nuevo rey Juan II, que sería compartida entre su madre Catalina de Lancáster y su tío Fernando de Antequera.Ambos mantendrán posturas dispares que llevaron a repartirse el reino de Castilla para su gobierno.En cuanto al asunto de la paz con Portugal, Catalina mostró una postura favorable a su cuñado, el rey portugués, mientras que Fernando se mostró partidario con la postura de la legitimidad, lo que mantuvo la cordialidad entre Beatriz y Fernando, su hijastro.El desacuerdo entre los regentes impidió una paz con Portugal y se renovaron las treguas en 1407.Fernando aún mantuvo vigente la superioridad y legitimidad del derecho dinástico, pero en las negociaciones que dieron lugar al tratado provisional de 1411,[87]​ la cuestión dinástica y el cisma se mantuvieron separados del arreglo en otros puntos de fricción: los castellanos prometieron no guerrear con Portugal por los derechos de Beatriz o del cisma, y acordaron suprimir a los exiliados fieles a Beatriz cualquier reivindicación de las propiedades confiscadas o indemnizaciones hasta el año de 1402.[89]​ En 1396, el Enrique III permutó Béjar por Ciudad Real y la merindad de Valladolid.No obstante, todavía tenía una presencia visible en la corte castellana, manteniendo relación en un círculo social más amplio que el grupo de exiliados portugueses.
El rey Fernando I de Portugal (1367-1383). Su defensa del legitimismo de Pedro I de Castilla , generó las tres Guerras Fernandinas contra los Trastámara de Castilla.
El rey Juan I de Castilla (1379-1390) invadió Portugal para imponerse como rey de Portugal por derecho de su esposa Beatriz, en la guerra civil [ 3 ] ​ que siguió a la muerte de Fernando I de Portugal .
La Batalla de Aljubarrota fue un desastre para las fuerzas castellanas y supuso la consolidación de la casa de Avís en la monarquía portuguesa
El rey Enrique III de Castilla apoyó la legitimidad de Beatriz frente al rey Juan I de Portugal .
Sepulcro de Beatriz de Portugal en el coro de la iglesia del monasterio del Sancti Spiritus de Toro ( Zamora )