Sobre todo a partir del quinto álbum de la serie (El Loto Azul), su autor se documentó minuciosamente sobre los lugares visitados por sus personajes.[2] En 1928, el abate Norbert Wallez, director del diario belga Le Vingtième Siècle, tomó la decisión de crear un suplemento semanal dirigido al público infantil y juvenil.Basado en un libro bastante popular en la época que denunciaba estos peligros, Moscou sans voiles ("Moscú sin velos", 1928), de Joseph Douillet (Assouline, 1997, p. 42), Tintín en el país de los soviets narra la incursión del reportero, ya acompañado por su fiel mascota, el fox terrier Milú, en la Rusia soviética, insistiendo continuamente en las perversidades del régimen comunista.En Los cigarros del faraón los policías Hernández y Fernández (Dupond et Dupont, en la versión original) hacen su primera aparición.La madurez creativa alcanzada por la serie después de El Loto Azul se muestra en todo su esplendor en los años siguientes, que coincidieron con las tensiones prebélicas en Europa.Durante esta etapa, Hergé realizó otros tres álbumes, hoy considerados clásicos: La oreja rota, La isla negra y El cetro de Ottokar.Un cuarto, Tintín en el país del oro negro, quedaría interrumpido al producirse en 1940 la invasión alemana de Bélgica, y solo se retomaría varios años después.La acción se desarrollaba inicialmente en el Mandato británico de Palestina, con referencias al terrorismo del Irgún; en una edición posterior, realizada en 1971 a petición de su editor londinense, Hergé trasladó la ambientación del álbum a un país árabe imaginario (el Khemed), sin referencias históricas concretas (Farr, 2002, p. 129).El trazo, que no pretende ser expresivo, es de un espesor idéntico en todos los elementos del dibujo (personajes, decorados, etc.).Hergé se detiene mucho en algunos que fueron o eran en aquella época muy poco relevantes, mientras deja fuera varios de importancia mundial.Así utiliza como telón de fondo la ya mencionada guerra del Chaco, un conflicto entre dos países sudamericanos no muy significativos.Maneja dinero, incluso en cantidades que le permiten adquirir embarcaciones y alquilar aeronaves con piloto,[nota 14] pero no aparece jamás cambiando moneda, como si el franco belga fuera rápidamente convertible.Tal vez por ese motivo, Tintín está generalmente a favor del orden establecido, lo que no le impide prestar atención a los más desfavorecidos, y, en muchas ocasiones, tomar enérgicamente partido por ellos: los indios en Tintín en América, los chinos que sufren la opresión japonesa en El Loto Azul, o incluso los esclavos africanos de Stock de coque.Su huella es evidente en obras como Tintín y los Pícaros, en la que se hizo cargo de la mayor parte del trabajo gráfico.[18] Su colaboración con Hergé duró hasta 1972, año en que se dedicó en exclusividad a sus propias series: Lefranc y, sobre todo, Alix.Su afición por los huesos y su más humano que canino interés por el whisky (en especial de la marca Loch Lomond, la preferida del capitán Haddock) desencadenan a menudo situaciones cómicas.Aparecen en todos los álbumes posteriores de la serie, con dos únicas excepciones (Tintín en el Tíbet y Vuelo 714 para Sídney) (Farr, 2002, p. 41).A veces estallan ofendidos por lo que creen un insulto, pero su carácter les hace incapaces de guardar rencor, y desde luego muestran una fidelidad e incorruptibilidad totales.En El asunto Tornasol su invento, capaz de reducir a polvo y escombros los objetos, es codiciado por grandes potencias para convertirlo en arma bélica.[nota 18] A pesar de no encontrarse ella presente, los personajes la oyen cantar por la radio en al menos otros dos (Objetivo: la Luna y Tintín en el Tíbet).Hergé, en cambio, detestaba este género musical, ya que, según sus propias palabras, veía "a la mujer gorda detrás de la cantante" (Sadoul, 1986, p. 33).Su suntuoso vestuario (luce modelos inspirados en creaciones de, entre otros, Christian Dior y Coco Chanel) refleja la cambiante moda del siglo XX.La adaptación al portugués conllevó algunos cambios: el protagonista se presentaba como reportero, no de Le Vingtième Siècle, sino de la propia O Papagaio, y al estrafalario portugués Oliveira da Figueira que aparece en Los cigarros del faraón se le convirtió en español.[25] En la actualidad, la serie ha sido traducida a más de 70 lenguas y dialectos, incluyendo, además de los citados, el afrikáans, árabe, búlgaro, catalán, checo, chino, coreano, danés, esloveno, eslovaco, esperanto, griego, finés, hebreo, húngaro, italiano, islandés, indonesio, neerlandés, japonés, letón, lituano, malayo, mongol, noruego, persa, polaco, rumano, ruso, serbocroata, sueco, tibetano, turco y vietnamita.La serie fue adaptada por Charles Shows, y luego traducida al francés por Greg (Michel Regnier), que era entonces el editor de la revista Tintín.[nota 23] La misma exposición se montó luego en otras ciudades, entre ellas Barcelona, donde fue acogida por la Fundación Miró en 1984,[42] no sin cierta polémica, ya que algunos escritores e historietistas españoles[nota 24] publicaron en el diario El País un "Manifiesto contra la exposición Tintín y Hergé" y por extensión contra la línea clara, que fue contestado por otros autores.[44] Otras ciudades, como Estocolmo, Ostende, Bruselas, Barcelona y Gerona, acogieron también exposiciones sobre Tintín con motivo del centenario de Hergé.[62] Entre los más recientes puede citarse a Stanislas Barthélémy, dibujante de una serie protagonizada por el propio Hergé,[63] o al noruego Jason.Entre ellos destacan Seth,[70] Jason Lutes, quien ha declarado que la serie de Hergé ha sido la influencia más importante en su obra,[71] y Charles Burns.Tintin y su fiel perro aparecen en la novela gráfica Le Chat du Rabbin (El Gato del Rabino) de Joan Sfar.
En
El Loto Azul
, Hergé comienza a documentar la ambientación. Tintin deberá cruzar varias veces los límites de la concesión internacional de
Shanghái
.
Reproducciones de la estatuilla cuyo robo desencadena la trama de
La oreja rota
.
Tintín ilustrando el tema del buceo en los pasillos del centro deportivo Blocry de Lovaina-la-Nueva con escenas del álbum
El tesoro de Rackham el Rojo
.
Para diseñar la fachada de la mansión de
Moulinsart
, adquirida por el capitán Haddock al final del álbum
El tesoro de Rackham el Rojo
, Hergé se inspiró en el
castillo de Cheverny
(en la fotografía).
El inventor suizo Auguste Piccard sirvió de inspiración a Hergé para la creación del profesor Tornasol.
Brüssel Station Stockel Wandcomic 201508
Grafiti
de varios personajes de Tintin.