Se denomina reloj al instrumento capaz de medir, mantener e indicar el tiempo en unidades convencionales (horas, minutos o segundos).
Se cree que los grandes relojes de pesas y ruedas fueron inventados en Occidente por el monje benedictino Gerberto (papa, con el nombre de Silvestre II, hacia finales del siglo X) aunque ya con alguna anterioridad se conocían en el Imperio bizantino.
[2] Dante, en La divina comedia, canto X de El paraíso, antes del año 1321, cuenta acerca de relojes mecánicos con función de alarma, «cuyas ruedas mueven unas a otras, y apresuran a la que va delante hasta que se oye tin tin con notas tan dulces», como algo normal.
En 1647 el ginebrino Gruet, residente en Londres, aplicó al reloj la cadenilla de acero que sirve para transmitir el movimiento del tambor al cono, sustituyendo a las cuerdas de vihuela empleadas hasta entonces.
Los relojes mecánicos se estiman y valoran más que los electrónicos a pesar de su menor exactitud y mayor precio; ya que son considerados por los expertos como obras de arte mecánicas.
Hoy en día existen una gran cantidad de compañías relojeras, fabricantes de relojes mecánicos, tanto personales como fijos, países como Alemania, Suiza, Japón, China, Reino Unido, Estados Unidos y Rusia, albergan importantes compañías del sector.
[10] Al principio sólo los llevaban las mujeres, hasta la Primera Guerra Mundial (1914-1918), en que se hicieron populares entre los hombres de las trincheras.
En los relojes analógicos (de variable continua) la hora se indica en la carátula mediante dos o tres manecillas: una corta para la hora, una larga para los minutos y, opcionalmente, una tercera manecilla también larga que marca los segundos.
En los relojes digitales (de variable discreta) se lee la hora directamente en números sobre la pantalla.
Un cronógrafo es una función del reloj que permite contabilizar tiempos cortos a demanda.
Permite medir velocidades, y antiguamente los médicos lo utilizaban para controlar el pulso del paciente.
La palabra cronómetro es un neologismo de etimología griega: Χρόνος Cronos es el Titán del tiempo, μετρον -metron es hoy un sufijo que significa aparato para medir.
Los relojes han figurado durante siglos como piezas importantes en el amueblamiento de salones, para lo cual se construían con diversas formas decorativas.
Para uso cotidiano se difunde otra escala cronológica: el Tiempo Universal Coordinado (UTC).
En la cultura popular es común referirse a la carga del muelle motor como «dar cuerda», no obstante este término es erróneo, y solo es aplicable a los relojes de pesas, en donde literalmente se le da cuerda a un cilindro dentro del reloj para que de esa manera continúe el descenso de la pesa que da vida al mismo.
Es el contacto entre estas dos piezas, rueda de escape y ancora el que produce el famoso tic-tac.
Finalmente, el péndulo o el volante marcan el paso del tiempo y se les conoce con el nombre de órgano regulador.
Cabe resaltar, que el minutero en el reloj mecánico, a diferencia del horario, no posee un tren de engranajes independiente que ajuste la relación para marcar la hora, este se encuentra fijo a la rueda que usualmente engrana con el muelle motor, dicha rueda posee un eje que sobresale, en frente de la maquinaria, y que es de hecho el eje conocido como “cañón”, donde se conecta el minutero, por lo tanto esta rueda gira una vez cada 60 minutos exactamente, el cañón horario realiza una reducción de velocidad, usando un pequeño tren de engranajes ubicado en la parte frontal del reloj justo entre el minutero y el horario, la relación entre ambos sería entonces de 1/12, en donde por cada vuelta de la manecilla horaria, la minutera ha debido girar 12 veces, este mecanismo también se encuentra en todos los relojes electrónicos con lectura analógica.
Las más habituales son: El reloj mecánico se basa en un pulsador que puede ser de 1 Hz o submúltiplo.