Técnicamente hablando, la maquinaria que está en el interior de un reloj se llama calibre, y es producto del diseño relojero.
Asimismo, cada calibre puede introducir mejoras técnicas, como sistemas antichoque (como el incabloc), sistemas contra el rozamiento, mecanismos para compensar el movimiento del usuario o parar o cargarse de energía con el movimiento del usuario.
Hay incluso mecanismos que permiten remontuar un reloj mediante los cambios de temperatura ambiente, como el modelo Atmos.
Los relojes mecánicos, por esa razón, necesitan un mantenimiento periódico, que si se realiza adecuadamente puede prolongar su vida por décadas, y en los más resistentes y mejor diseñados, por siglos.
Hoy en día se siguen fabricando relojes mecánicos, si bien en menor cantidad que antes de la introducción del cuarzo, y se continúan patentando innovaciones y complicaciones mecánicas.
[2] Algunas marcas de lujo como Rolex fabrican sus propios calibres, y existen manufactureros más populares, como Seiko, Orient o Raketa, que fabrican relojes muy precisos a precios más bajos.
La rueda E gira pero de forma controlada ya que otra fuerza del espiral del oscilador hace que al ser empujado hacia un extremo este reaccione ejerciendo una fuerza contraria, se consigue que el ancora oscile dejando pasar un diente de E cada dos alternancias.
[7] La ventaja de utilizar joyas es que su superficie pulida ultradura tiene una fricción menor con el metal.
En los cojinetes sin joyas, los pivotes de las ruedas del reloj giran en orificios en las placas que sostienen el movimiento.
La fuerza lateral aplicada por el engranaje impulsor provoca más presión y fricción en un lado del orificio.
Los únicos cojinetes que realmente necesitan estar engastados en un reloj son los del tren de ruedas - el reductores de velocidad que transmite la fuerza del resorte motor desde el barrilete al volante regulador - ya que solo ellos están constantemente sometidos a la fuerza del resorte principal.
A medida que se añadieron más cojinetes engarzados, se aplicaron a las ruedas de movimiento más lento, y el engarce avanzó por el tren de rodaje hacia el barrilete.
Un reloj de 17 rubíes tiene todos los cojinetes desde el volante hasta los cojinetes del pivote de la rueda central engarzados, por lo que se consideraba un reloj "totalmente engarzado".
Es dudoso que añadir rubíes además de los enumerados anteriormente sea realmente útil en un reloj.
Los Cronómetro marino, los relojes portátiles más precisos, a menudo tienen solo 7 rubíes.
[13][14] La mayoría de estas joyas adicionales eran totalmente inoperantes; nunca entraban en contacto con partes móviles y se incluían solo para aumentar el número de rubíes.
Podría decirse que ninguno de estos añadidos aumenta la precisión o la longevidad del reloj.
Se supone dos engranajes, la B el barrilete y el piñón c (minúscula).
Tomando la figura como referencia supondremos que B tiene 72 dientes y el piñón tiene 12.
B/c = 72/12 = 6 vueltas del piñón por una del barrilete En la literatura se encontrará B/c = 6:1 (esto significa que al dar el barrilete una vuelta, si el piñón gira 6 veces entonces el engranaje C de la rueda de minutos también.
Son 6 horas) Como ejemplo se tendría: B/c = 72/12 = 6 C/t = 80/10 = 8 T/f = 75/10 = 7,5 F/e= 80/8 = 10 Multiplicando 6*8*7,5*10 =3600 el cual representa el número de vueltas que da el escape por una del barrilete.
C en 60 minutos debería completar una vuelta, entonces en una hora el engranaje E gira 600 veces.
Ahora imaginamos que la rueda E de escape no está presente.
Luego para calcular el número de alternancias por hora A/h se usa la siguiente fórmula:
Una razón debida a que se empezó a utilizar mayores alternancias es que las de 18000 tenían problemas de bloqueo, es decir la oscilación se detenía.
Con la fórmula anterior y despejando la ecuación es posible calcular el número de dientes que debería tener una rueda en caso de que esta falte o este dañada.
Entonces el número de horas que funcionara el reloj con esa cuerda completa será 7 por 5,5 aprox.