El cronómetro marino es un reloj mecánico que mide el tiempo con gran precisión, diseñado originalmente para funcionar a bordo de un buque en alta mar.
Los relojes fabricados en Suiza solo pueden mostrar la palabra "cronómetro" si están certificados por el COSC ("Contrôle Officiel Suisse des Chronomètres", según sus iniciales en francés).
Sin embargo, estos procedimientos no se suelen poder poner en práctica en el mar, debido al movimiento del barco.
Sin embargo, no fue hasta el siglo XVIII cuando se desarrollaron cronómetros exactos y fiables, capaces de mantener con precisión la hora de referencia en un largo viaje por mar, gracias al trabajo del relojero británico John Harrison, quien realizó durante 31 años diversas pruebas y ensayos, revolucionando con sus cronómetros la navegación marina.
[3] Sesenta años después, durante el célebre segundo viaje del HMS Beagle (que duró desde 1831 hasta 1836 con Charles Darwin a bordo madurando sus ideas y recogiendo argumentos acerca de su futura teoría de la evolución), todavía se seguían haciendo pruebas con los cronómetros marinos.
El navío llevaba a bordo nada menos que 22 relojes de distintos modelos, cuyo funcionamiento fue meticulosamente evaluado.
Los navegantes pueden determinar su latitud fácilmente midiendo el ángulo del sol sobre el horizonte al mediodía (es decir, cuando llega a su punto más alto en el cielo, o culminación).