Posteriormente han sido valorados principalmente como valiosas novedades para los entusiastas de los relojes.
[2]: 244–246 Ambos solicitaron una patente sobre el mismo, que fue resuelta a favor de Quare en 1687.
Mientras que los relojes de repetición fabricados en el siglo XVIII hacían sonar una campana montada en la parte posterior de la caja, durante el siglo XIX se emplearon invariablemente gongs, ya que ocupaban menos espacio.
Estos dispositivos sonoros parecen haber sido inventados por los relojeros suizos alrededor de 1800.
Por lo general, los relojes repetidores marcan las horas y los cuartos, aunque los mejores mecanismos repetidores (movimientos) fabricados en Londres en el siglo XVIII se hicieron utilizando el sistema Stockten, llamados así por su inventor, Matthew Stockten (conocido también como Stockton, Stockdon o Stogden) que trabajó para los famosos fabricantes Daniel Quare y George Graham.
El famoso fabricante londinense John Ellicott parece haber sido el primero en producirlos en grandes cantidades.
Los modelos posteriores se activan empujando una corredera en el costado de la caja, que daba cuerda a un resorte separado para alimentar el repetidor.
[3] Los primeros repetidores tenían una única campana montada en la parte posterior de la caja, sobre la que golpeaban dos martillos.
Pequeños martillos activados por el mecanismo repetidor los golpean para producir los sonidos de repique.
Esto requiere tres sonidos diferentes para distinguir horas, cuartos y minutos.
Estos repetidores, aunque se fabricaron por primera vez hace más de 250 años, son muy raros.
Esto también significa que las grandes sonerías a menudo tocarán las horas primero, los cuartos, como la mayoría de los repetidores, y tendrán una forma de activar el repetidor a demanda.
Estos relojes tendrán una configuración distintiva de doble barrilete, uno de cuerda mediante el que las agujas giran en sentido dextrógiro y el otro para la sonería, o se utiliza un solo barrilete para medir el tiempo y hacer sonar las campanas.
La sonería se dispone de manera diferente según el diseño del reloj.
La hora exacta cada quince minutos siempre se sabrá escuchando el sonido de las campanadas.
[8] Empleados por personas con discapacidad visual y para consultar la hora de forma silenciosa en reuniones y conciertos, los relojes repetidores mudos no sonaban de manera audible, sino que producían vibraciones.