Basil Zaharoff

De esta época procede una acusación, sin verificar, según la cual pasaba billetes falsos a los turistas, que no se daban cuenta de las falsificaciones hasta que habían dejado Constantinopla.

Skouloudis tenía cierta influencia y pudo recomendar a Zaharoff para el puesto.

No obstante, Thorsten Nordenfelt había tenido cierto éxito en una demostración internacional de su buque ante la élite militar, pero las grandes potencias no se interesaron por el mismo; sin embargo, las naciones menores, deseosas de aumentar su prestigio, presentaban posibilidades comerciales.

En unas pruebas realizada a principios de 1888, el submarino pudo navegar a través de las fuertes corrientes alrededor del Seraglio Point, alcanzando una velocidad de hasta 10 nudos, y hundió con éxito un viejo barco objetivo con un solo torpedo; al hacerlo, se convirtió en el primer submarino del mundo en disparar un torpedo bajo el agua, hundiendo su objetivo.

La siguiente persona que entraría en la vida de Zaharoff fue el boxeador e ingeniero estadounidense Hiram Maxim.

La ametralladora automática Maxim suponía un significativo avance frente a los modelos de disparo manual entonces en uso.

La tercera prueba también se celebró en Viena, y en esta ocasión la ametralladora funcionó perfectamente.

Durante los años de 1886 a 1889, coincidiendo con las maniobras para hacerse con la ametralladora Maxim, también tuvieron lugar acciones de Zaharoff para conseguir hacerse con el sumergible desarrollado por Isaac Peral; aunque estos hechos son menos conocidos.

Zaharoff y Nordenfelt trataban, por aquellos años, de desarrollar un submarino para incrementar sus negocios.

Los aparatos, con propulsión de vapor; por tanto, totalmente inadecuados para la navegación submarina, fracasaron estrepitosamente cuando fueron probados por las respectivas marinas que los adquirieron.

Paralelamente, y en los mismos años, el inventor español desarrollaba el primer submarino, propiamente dicho de la historia; resolvió al mismo tiempo, los retos que suponía dicha invención, en materia de propulsión, estabilidad y armamento.

Previamente a la autorización de las obras, ya había inspeccionado en persona, los planos y la memoria que el inventor había entregado al ministerio de Marina español, en las dependencia del propio ministerio.

Isaac Peral rechazó ambas ofertas y firmó, sin saberlo, su sentencia en ese mismo instante.

Pese a ello, Zaharoff, que iniciaba sus pervertidos métodos empresariales (conocidos, más adelante, como Sistema Zaharoff), consiguió interponerse entre el inventor y su propio gobierno, y obtuvo, al final, un fallo del gobierno español en contra del invento del submarino, con lo que el mencionado gobierno desarmó a su nación para un futuro conflicto bélico que ya se perfilaba en el horizonte (la Guerra hispano-estadounidense de 1898).

Tuvo éxito en todos ellos, principalmente, porque estableció una relación amorosa con María del Pilar de Muguiro y Beruete, que le franqueó muchas puertas.

Ltd; empresa con la que estafó al Gobierno español vendiéndole armas inservibles y de escasa, o más bien nula, utilidad para España, durante la guerra del 98 (además, dicha empresa, proporcionó a Maxim información relevante y “sensible” que pasó a su gobierno durante el conflicto), vino la Constructora Naval y, pocos años después, la Sociedad Española de Construcción Naval, filial de Vickers en España y a la que se adjudicó, por parte del Gobierno español, el monopolio de la construcción naval y de todos los astilleros españoles.

Además, como quedó acreditado durante la Comisión Nye del Senado americano de 1934, Zaharoff cobró cuantiosas comisiones en las transacciones que se hicieron entre empresas extranjeras y el gobierno español (por ejemplo, cobró entre un 5 y un 7% de los submarinos estadounidenses vendidos a España, durante todos estos años).

Aunque se haya podido documentar muy poco, Zaharoff aparece como un maestro del soborno y la corrupción.

La venta supuso un ingreso importante para Maxim y Zaharoff, tanto en efectivo como en acciones de la nueva propietaria.

Para muchos ejércitos europeos, la primera década del siglo XX fue una época de reconstrucción y modernización.

Alemania y el Reino Unido percibieron la necesidad de mejorar sus unidades navales.

Con la compra de la banca Union Parisienne (tradicionalmente ligada a la industria pesada) le resultó más fácil controlar las necesidades financieras.

Al obtener el control del diario Excelsior, pudo asegurarse editoriales favorables a la industria armamentística.

Aparentemente esto resultaba casi imposible, pues el rey Constantino I era cuñado del Káiser.

Las aventuras bélicas de Zaharoff no fueron bien recibidas por la prensa en París y Londres.

Muy probablemente, Zaharoff fue la primera inspiración del escritor británico Ian Fleming a la hora de crear al supervillano Ernst Stavro Blofeld, el mayor enemigo y principal antagonista del agente 007.