Tintín en el país de los Soviets

El autor afirmó que pensó poco en la realización del álbum al considerarlo "sólo un juego" y lo clasificó simplemente como "una transgresión" de su juventud".[2]​ Tintín, un periodista belga del Le Petit Vingtième, es enviado con su perro Milú a la Unión Soviética, para cubrir la información que allí se está produciendo, en un tren desde Bruselas.Siguiéndolo de cerca, el agente de la OGPU encuentra a Tintín y le lleva a la oficina del comisario local, al que insta para que el reportero «desaparezca... por accidente».Tintín escapa nuevamente y encuentra «cómo los soviéticos engañan a los pobres idiotas que todavía creen en un Paraíso Rojo», ya que la industria soviética quema fardos de paja y simula el sonido metálico con el fin de engañar a los visitantes comunistas extranjeros de que las fábricas soviéticas no operacionales son productivas.Cuando tratan de detenerlo, el protagonista se viste como un fantasma para asustar a los funcionarios soviéticos que le persiguen.[4]​ Sin embargo, consigue escapar de sus captores y llega a Moscú, donde asegura que los sóviets han convertido «una ciudad maravillosa» en un «lodazal infecto».[7]​ Georges Remi —quien sería más conocido con el seudónimo de Hergé— fue contratado para trabajar como ilustrador en Le XXe Siècle, un periódico belga firmemente católico y conservador.Dirigido por el abate Norbert Wallez, quien lo describió como un "periódico católico para la doctrina e información" y con un supuesto punto de vista de extrema derecha y fascista; Wallez se describió como un gran admirador del dictador fascista Benito Mussolini —de quien tenía una imagen en su escritorio—, mientras que Léon Degrelle, quien más tarde se convertiría en líder del grupo fascista belga los rexistas, trabajó como corresponsal extranjero para el periódico.Sin embargo, Hergé se encontró insatisfecho con las tareas que realizaba y quería escribir e ilustrar una creación suya.[13]​ Tintinlogistas como Thompson, Michael Farr y Pierre Assouline han notado una fuerte influencia de Totor sobre Tintín,[8]​ junto con Jean-Marc y Randy Lofficier, quienes afirman que "gráficamente, Totor era prácticamente idéntica a Tintín, exceptuando el uniforme de boy-scout".[14]​ Hergé nunca negó esto, describiendo a Tintín como el hermano menor de Totor.[16]​ Hergé no tuvo tiempo para visitar la Unión Soviética ni de analizar la información publicada al respecto.De hecho, la historia contiene referencias a plátanos, gasolina Shell y galletas Huntley & Palmers, productos que no existían en la Unión Soviética en ese momento.Reconoció una fuerte influencia del dibujante francés Alain Saint-Ogan, productor de la serie Zig et Puce.Hergé también fue influenciado por los cómics americanos contemporáneos que el periodista Léon Degrelle había escrito a Bélgica desde México, donde estuvo destinado para informar sobre la Guerra Cristera.Farr resume esta influencia comentando que, "como pionero del cómic, Hergé no tenía miedo de recurrir a un medio moderno para desarrollar otro".[22]​ El biógrafo y tintinólogo Benoît Peeters, pensó en esto como una broma privada entre el personal de Le Petit Vingtième, aludiendo al hecho de que Hergé había sido empleado originalmente como fotógrafo-reportero, un trabajo que nunca se cumplió.[8]​ Hergé no trazó la historia de antemano, sino que improvisó nuevas situaciones sobre la base semanal, algo que Jean-Marc y Randy Lofficier describieron como: "tanto la historia como el apartado gráfico, Hergé estaba aprendiendo su oficio ante nuestros ojos".Como dijo Harry Thompson, la trama habría sido popular entre el padre belga medio, explotando su sentimiento anticomunista y la alimentación de sus temores con respecto a los rusos.Como resultado, los estudios Hergé publicaron 500 ejemplares numerados con motivo del 40.º aniversario de la serie en 1969.Este clima cultural permitió que aparezca "en los estantes de los hipermercados como literatura infantil adecuada para el nuevo milenio".[37]​ Simon Kuper, del Financial Times, criticó que, tanto Tintín en el país de los Soviets como la posterior Tintín en el Congo eran "las peores" de las aventuras, por ser "mal dibujado" y tomarse "gran parcela libre".[40]​ El tintilogista Benoît Peeters fue muy crítico con las primeras páginas de la historia al señalar que esas ilustraciones figuran entre las peores de Hergé y apuntó que "uno no podría haber imaginado un debut menos notable para un trabajo destinado a tal grandeza".
Le Petit Vingtième
(15 de mayo de 1930)
La plaza Roja de Moscú aparece en la historia.
Niños en las calles de Moscú , vendiendo y pidiendo limosna. Hergé plasmó en Tintín en el país de los Soviets mensajes propagandísticos anticomunistas sobre la vida en la Rusia revolucionaria .
Propaganda antisoviética, en la que se muestra el denominado « Terror Rojo » personificado en León Trotski .