[3] Para establecer y asegurar los intereses geopolíticos europeos orientales de la Unión Soviética, las tropas del Ejército Rojo que liberaron Europa del Este del yugo de la Alemania nazi en 1945 se mantuvo en su sitio para fijar regímenes prosoviéticos en la región y protegerse ante un ataque de Europa.
Por otra parte, pudo haber ayudado a la NKVD en la supresión de la resistencia antisoviética ejercida por el Ejército Insurgente Ucraniano desde 1941 hasta 1955 en Ucrania Occidental y de la ejercida por los partisanos denominados Hermanos del Bosque en la región báltica.
[7] Las tropas soviéticas, incluyendo el 39.º Ejército, se mantuvieron en Port Arthur y Dalian, en la costa noreste china hasta 1955.
El control de la zona fue entregado al nuevo gobierno comunista chino.
[8] En 1979, la Unión Soviética entró en Afganistán en apoyo a su gobierno comunista, provocando una resistencia guerrillera de los muyahidines afganos durante diez años.
Para mantener dicha fuerza, la ley soviética requería como mínimo tres años de servicio militar obligatorio para aquellas personas disponibles por su edad militar, hasta 1967, cuando las Fuerzas Terrestres redujo el servicio mínimo a dos años.
A partir de 1956, el primer ministro Nikita Jrushchov redujo las Fuerzas Terrestres para crear las Tropas de Misiles Estratégicos haciendo especial hincapié en las capacidades nucleares en las fuerzas armadas.
En 1957, Jrushchov destituyó al mariscal Gueorgui Zhúkov del Politburó por oponerse a estas reducciones de las Fuerzas Terrestres.
[11] La plana mayor mantuvo planes para invadir Europa Occidental cuya escala masiva fue puesta a disposición del público una vez que investigadores alemanes obtuvieron acceso a los archivos del Ejército Popular Nacional alemán tras la disolución de la Unión Soviética.
Las divisiones de categoría A estaban certificadas para entrar en combate y fueron totalmente equipadas.
En septiembre de 1984 fueron establecidos tres cuarteles generales más para controlar las operaciones de varios frentes en Europa (las direcciones estratégicas del Oeste y Sudoeste) y en Bakú para manejar las operaciones del sur.
Las fuerzas militares que estaban guarnicionadas en Europa del Este (incluyendo las de los países bálticos vuelven gradualmente a casa entre 1992 y 1994.
Del mismo modo, armas y otros equipos militares se quedaron en Afganistán tras la retirada soviética en 1989.
Sin embargo, solo alrededor de cinco millones fueron fabricadas en la antigua Unión Soviética.