En cuanto a su "personalidad", Tintín se puede considerar como el "descendiente" de Totor, un precedente personaje creado por Hergé en 1926.
Ya desde la primera historieta, a Tintín le acompaña un perro blanco de raza fox terrier llamado Milú.
Solo en la última de sus aventuras publicadas, Tintín y los 'Pícaros', cambiará sus bombachos por unos pantalones campana, más a la moda.
No parece tener ninguna afición en particular ni practica ningún deporte, aunque le gustan los paseos por el campo y en alguna ocasión se nos muestra haciendo gimnasia casera y después yoga.
Más que cualquier otra cosa, Tintín es un pensador rápido y un diplomático eficaz.
Se relató que en las primeras aventuras, la personalidad de Tintín era "incoherente", ya que era "a veces tonto y a veces omnisciente, piadoso hasta la burla y luego inaceptablemente agresivo", en última instancia solo sirviendo como "vehículo narrativo".
El biógrafo de Hergé Pierre Assouline señaló que en las primeras Aventuras, Tintin muestra "poca simpatía por la humanidad".
Assouline describió al personaje como "obviamente célibe, excesivamente virtuoso, caballeroso, valiente, defensor de los débiles y oprimidos, nunca busca problemas pero siempre lo encuentra, es ingenioso, se arriesga, es discreto y no fumador".
[5] Michael Farr consideró a Tintín como un joven intrépido de alto nivel moral, con quien su audiencia puede identificarse.
A veces, Tintín es quien es entrevistado, como cuando un reportero de radio le pide detalles "en sus propias palabras".
Pero aparte de algunos ejemplos, nunca se ve a Tintín consultando con su editor o entregando una historia.