Raymond Leblanc

Durante la Segunda Guerra Mundial se convierte en un destacado miembro de la resistencia belga contra los nazis, dentro del monárquico Movimiento Nacional Realista, y al término del conflicto encuentra trabajo en una editorial de novelas románticas.

[3]​ Leblanc quería editar una revista infantil de historietas inspirada en Le Petit Vingtième, por lo que entabla contacto con Hergé, el dibujante de Las aventuras de Tintín, quien se había quedado sin empleo porque su reputación estaba en entredicho al haber colaborado en Le Soir, un diario controlado durante la guerra por los nazis.

[5]​ La nueva publicación se convierte en un éxito de ventas y en su mejor época mantiene una intensa rivalidad con Le Journal de Spirou y Pilote que sirve para impulsar la historieta franco-belga.

[4]​ Leblanc se mantuvo al frente de Le Lombard hasta que en 1986 se jubila y vende la editorial al grupo Média-Participations, que le mantuvo como presidente de honor.

En 2006 funda la Asociación Raymond Leblanc, dedicada a la preservación y promoción del patrimonio historietístico de Bélgica, y un año después impulsa el premio Raymond Leblanc para autores debutantes.