Su línea editorial se caracterizó por defender las libertades civiles y los derechos individuales, convirtiéndose en un símbolo de la Transición española.
Por su redacción han pasado destacados periodistas como Juan Tomás de Salas (fundador), Miguel Ángel Aguilar, Gregorio Morán, Francisco Cerecedo, Pedro J. Ramírez, Federico Jiménez Losantos, Justino Sinova, Fernando Sánchez Dragó, González Urbaneja y José Luis Gutiérrez, entre otros.
Bajo esa revista se ideó Diario 16, un periódico diario de información general con Luis González Seara como presidente y Juan Tomás de Salas como director general.
De hecho, tanto el nuevo director como los periodistas Gregorio Morán y Francisco Cerecedo fueron procesados por una serie de artículos en los que se criticaba a Manuel Fraga, llegando incluso a secuestrarse la publicación.
Con el paso de los años se incrementaron los ingresos publicitarios y se editaron páginas en color de forma regular, hasta entonces reservadas a los acontecimientos especiales, así como suplementos temáticos.
Uno de ellos fue el infantil Gente Pequeña, que se publicaba todos los domingos.
El seguimiento del caso propició varias disputas entre el Pedro J. y Juan Tomás de Salas, que se oponía al tratamiento informativo e incluso escribió Hemos condenado a Amedo sin juzgarle.
[12] Muchas firmas como Melchor Miralles, Alfonso Rojo, Juan Carlos Laviana y Forges se marcharon a la nueva publicación.
[15] En menos de doce meses, Badía fue sustituido en la dirección por Justino Sinova.
Hersant alcanzó un preacuerdo en 1992 para asumir el control total de la cabecera, pero las negociaciones se rompieron a las pocas semanas.
Ese mismo año asumió la dirección otro histórico de Grupo 16, José Luis Gutiérrez, quien a su llegada tuvo que lidiar con una mala situación: a pesar de vender algo más de 180.000 ejemplares diarios, Diario 16 volvió a entrar en números rojos y cada vez le costaba más competir con El Mundo, por lo que adoptó una línea editorial crítica con el gobierno de Felipe González y reforzó su apuesta por la investigación.
La situación se complicó cuando los trabajadores dejaron de percibir sus nóminas e incluso fueron a la huelga.
Y tras una larga huelga debido a los sucesivos impagos, por la que incluso el periódico no se publicó, Domínguez cedió todas sus acciones a Juan Tomás de Salas, quien además de recuperar la empresa que había creado se convirtió en el nuevo responsable.
[22] En todo ese tiempo, la publicación pudo sobrevivir gracias a un aval del Instituto de Crédito Oficial.
[24] Además se hizo una fuerte campaña publicitaria para dar a conocer los cambios.
[24] Ventoso definió así la línea editorial: Pero los nuevos cambios no solucionaron la situación.
[30] El editor marcó un plazo de tres meses para encontrar nuevos accionistas.
Hubo dos inversores interesados, pero ambos se retiraron tras los atentados del 11 de septiembre.
[34] La Universidad CEU San Pablo se quedó con el archivo completo de Diario 16.
[36][37] Diario 16 fue uno de los primeros diarios madrileños en denunciar la conspiración militar de la Operación Galaxia, en la que varios militares pretendían detener la transición a la democracia y los cambios impulsados por la Constitución Española.
Sus principales impulsores fueron Antonio Tejero y Ricardo Sáenz de Ynestrillas.
La persona que facilitó los datos fue el capitán Tormo Rico, destinado en Melilla.
El periódico publicó durante cinco días el contenido de los documentos y archivos policiales hallados, además de poner sobre la mesa pruebas que incriminaban a José Amedo con esta agrupación.
Su equipo de investigación destapó en 1994 que responsables del Ministerio del Interior repartían dinero de fondos reservados para pagar sobresueldos a altos cargos, entre ellos el propio Roldán.