Medievalismo

Por su parte, la arquitectura historicista del siglo XIX tuvo en la Edad Media su principal fuente de inspiración; sobre todo el neogótico, donde destacó la labor a la vez restauradora y recreadora de Eugène Viollet-le-Duc, y el neomudéjar.Otro tipo de abusos son los que dan lugar a una abundante literatura pseudohistórica que llega hasta el presente, y que ha encontrado la fórmula del éxito mediático entremezclando temas esotéricos sacados de partes más o menos oscuras de la Edad Media (Archivo Secreto Vaticano, templarios, rosacruces, masones y el mismísimo Santo Grial).En el siglo XVIII Muratori reivindicó a los autores medievales italianos en su Eerum italicarum scriptores, y Thomas Rymer hace lo propio con los ingleses en sus Foedera, conventiones, literae, et cujuscunque generis acta publica.Guizot en Francia impulsó la Collection de documents inédits relatifs à la'histoire de France (desde 1835); y desde 1868 la École Pratique des Hautes Études realizó importantes trabajos medievalísticos, con Gabriel Monod.En Inglaterra se editaron a iniciativa pública los Patent rolls, Cloose rolls, Rerum birtannicarum medii aevi scriptores y otras muchas recopilaciones de asociaciones privadas, como la Cadmen Society y la Pipe Roll Society.[6]​ El medievalismo del siglo XX se ha centrado en la renovación metodológica, fundamentalmente por la incorporación de la perspectiva económica y social aportada por el materialismo histórico y la Escuela de los Annales.Medievalistas belgas como Henri Pirenne, franceses como Marc Bloch, o ingleses como Steven Runciman se cuentan entre los más importantes de la primera mitad del siglo.A continuación sigue una lista de películas ambientadas en entornos históricos, míticos, literarios o fantásticos, pero siempre relacionados con la Edad Media.[16]​ En España Apeles Mestres introduce como ilustrador y precedente del cómic, algunas aventuras largas de tema medieval:[17]​ En la posguerra española, el cómic medievalista, cumplió una especial función de evasión de la realidad, al tiempo que eludía la censura más fácilmente al tratar glorias del pasado: Hubo muchos otros ejemplos (Sangre en Bizancio, El Caballero de las Tres Cruces, Flecha Negra, El Rey del mar, Terciopelo negro o Tirant lo Blanc).