Se consagró a las novelas por entregas como seguidor del gran maestro del género, Manuel Fernández y González, pero con menor talento que éste; con él y con otro novelista por entregas, Torcuato Tarrago y Mateos, fundó El Periódico para Todos (1872-1882).
En palabras de la Enciclopedia universal ilustrada europeo-americana, «la fecundidad fué su mayor defecto».
[1] Escribió más de ciento cincuenta novelas por entregas, muchas de ellas del género de la novela histórica, de escaso valor literario, pero en las que resulta característico su particular sello, que consiste en recurrir a lo truculento y espeluznante con una inagotable y calenturienta imaginación, que podía enmendar la realidad histórica si ello le convenía, aunque también procuraba documentarse y, por ejemplo, recurrió a las obras del historiador Juan Antonio Llorente en sus novelas sobre la Inquisición.
[2] También cultivó la novela psicológica, como en Las víctimas del amor (estudio del corazón humano) 1882 o Abelardo y Eloísa (1867), que fue su mayor éxito; también fueron célebres sus libros de viajes y aventuras por Hispanoamérica, como Vida y viajes de Cristóbal Colón (1873-1874), Conquista de México por Hernán Cortés (1874), Un año entre salvajes.
Viajes y aventuras del doctor Smit (1875) o Islas maravillosas.