De vuelta a la vida civil, trabaja en el negocio familiar mientras participa en producciones teatrales de aficionados, hecho que su familia no ve con buenos ojos, hasta que en 1925 (y después de no pocas fricciones con su conservadora familia, debidas a su inclinación a la farándula), llegó a un acuerdo con sus padres y hermanos y se inscribió en la Royal Academy of Dramatic Art (RADA), en Londres, donde tuvo profesores como Claude Rains, Alice Gachet y Theodore Komisarjevsky; este último lo dirigirá andando el tiempo en varias representaciones teatrales.
Laughton interpretó a Epidohof en El jardín de los cerezos y al capitán Solyoni en Las tres hermanas.
[cita requerida] Estas obras son seguidas por multitud de papeles de importancia creciente, con los cuales el joven Laughton adquirió confianza y una característica versatilidad, que le hacía interpretar con virtuosismo los personajes extremos: el tiránico y flemático gobernador militar ruso, en The Greater Love; Cantavalle, un proto paparazzo caradura en Vestire gli ignudi; un marido excesivamente celoso, en The Happy Husband; el maquiavélico conde Pahlen, en Paul I, y su primer papel como protagonista en Mr.
Seguidamente, representó a Harry Heegan, un futbolista mutilado en la Gran Guerra, en el estreno mundial de la obra de Sean O'Casey, The Silver Tassie, polémica por su tratamiento nada sentimental del conflicto y su innovador y estilizado segundo acto.
Para la Metro-Goldwyn-Mayer recreó su papel escénico en Payment Deferred, producida por Irving Thalberg, quien luego se convirtió en un buen amigo del actor.
Laughton regresó a Londres con la intención de volver a hacer teatro, pero un joven cineasta húngaro, Alexander Korda, lo convenció para hacer una película, La vida privada de Enrique VIII (The Private Life of Henry VIII, 1933), la primera película británica en tener un gran éxito en los Estados Unidos y que marcó el comienzo de la colaboración entre el actor y el productor.
Laughton recibió un Óscar al mejor actor por su interpretación del rey Enrique VIII y Korda consiguió con esta película ser el productor cinematográfico más importante de Inglaterra.
Aunque sus servicios eran muy demandados en Hollywood, regresó a Inglaterra para actuar durante la temporada 1933-1934 en el Old Vic bajo la dirección del escocés Tyrone Guthrie, con un sueldo notablemente inferior al que habría cobrado haciendo películas en América.
Yo, Claudio supone el final de sus obligaciones profesionales con Korda, y Laughton se plantea establecerse por su cuenta.
Además, ofrecen a Laughton un papel irresistible: Quasimodo en un espectacular remake del éxito del cine mudo The Hunchback of Notre Dame y que se llamará Esmeralda la Zíngara (sobre la novela de Victor Hugo Nuestra Señora de París).
Como en el caso de Esta tierra es mía, un drama dirigido por Jean Renoir sobre la resistencia contra los nazis, donde Laughton ofrece un excelente retrato psicológico de un intelectual cobarde que se ve forzado a tomar parte ante la ocupación alemana.
Otros roles del período incluyen dos comedias musicales con Deanna Durbin, quien se convertirá en una buena amiga del actor: en It started with Eve hace de millonario viejo y un poco trapacero, y en Because of him interpreta, con un punto de autoparodia, un vanidoso actor-productor teatral.
Lee, retrata sin piedad al famoso pirata como un diabólico asesino y arribista social: Aparte del cine, Laughton se dedica a leer en voz alta clásicos de la literatura tanto para los amigos como para soldados convalecientes en los hospitales.
Laughton había colaborado por primera vez con Corwin en dos adaptaciones literarias en el programa de Corwin The Pursuit of Happiness: durante la década de los 40 ambos trabajarán juntos en diversas ocasiones, muy notablemente en American trilogy, tres programas sobre la obra de los poetas Walt Whitman y Carl Sandburg y el novelista Thomas Wolfe, con textos adaptados por Corwin, recitados por Laughton y musicados por Bernard Herrmann.
El éxito de esta iniciativa es tal, que Gregory anima a Laughton para emprender proyectos más ambiciosos.
Así, Laughton dirige Don Juan In Hell / Don Juan en los Infiernos, una «lectura a cuatro voces»: en realidad, una representación sobria en elementos escénicos, pero hábilmente dramatizada, del tercer acto de la obra de George Bernard Shaw Man and Superman / Hombre y Sobrehombre, en la que Don Juan se encuentra en los infiernos filosofando con el Diablo, Doña Anna y el Comendador.
Repitió su rol como Enrique VIII en Young Bess y fue el rey Herodes en una versión muy sui generis de la Historia Sagrada en Salomé, con Rita Hayworth.
En algunos filmes, su actuación es breve, pero notable: en The Blue veil ofrece un matizado retrato de un amable viudo que se quiere casar con la cuidadora del su hijo (Jane Wyman) y en O. Henry's Full House lo vemos como un mendigo que al llegar el frío se dedica a hacer todo tipo de fechorías para pasar el invierno en una calentita celda de la prisión (Marilyn Monroe aparece con Laughton en un breve cameo).
Vuelve a Inglaterra donde se le propone trabajar en la película El déspota (Hobson's Choice, 1954), dirigido por David Lean.
Laughton había interpretado, en sus días como amateur, al personaje de Willie Mossop, así que en esta ocasión escogió a Hobson, un zapatero viudo y alcohólico que domina con mano de hierro a sus tres hijas.
La misteriosa poesía del filme, hoy en día considerado un clásico, no fue comprendida por la crítica y fracasó en taquilla.
Desde La noche del cazador hasta su muerte, Laughton sólo hizo cuatro películas, y esto suele dar la idea equivocada de que estuvo relativamente inactivo en este período.
En la película, su mujer Elsa Lanchester interpretó a su enfermera, cosa que le valió también una nominación.
Seguidamente interpretó al astuto y ligeramente corrupto senador plebeyo Gracchus en la película de Stanley Kubrick Espartaco.
Laughton murió poco después, con el bigote que se estaba dejando para interpretar a Moustache.
Su relación les daba protección ante el escrutinio público y libertad personal de puertas adentro.
Lanchester adoptó una actitud protectora para con su marido, aunque en ocasiones fue también muy posesiva y hostil hacia los que ella consideraba «intrusos» entre los dos.
Algunos historiadores cinematográficos han clasificado a Laughton como un actor caprichoso y difícil para trabajar.
Sin embargo, otros directores como Ernst Lubitsch, Jean Renoir, James Whale, Leo McCarey, Robert Siodmak, Billy Wilder y Otto Preminger quedaron muy satisfechos de su trabajo con Laughton, hasta el punto de que, en muchos casos, su colaboración derivó en una gran amistad.
Laughton fue un padre frustrado, ya que, según explica la misma Lanchester, al descubrir ella su doble vida, se negó a tener hijos con él.