Caucho

Las zonas de mayor producción son China, México, Vietnam y Brasil.

[3]​ Sin embargo, podría provenir del taíno kaucho, que significa ‘lágrimas de árbol’.

Aunque los antiguos mesoamericanos no contaban con procesos de vulcanización, desarrollaron métodos orgánicos para tratar el caucho con resultados similares, mezclando el látex crudo con varias savias y jugos de otras enredaderas, en particular la Ipomoea alba.

Aún se usan para este fin pedazos de este material, conocidos como «gomas» en España y América del Sur, y en México se conoce como «goma» o «chicle».

Antes de usarse la Hevea brasilensis para fabricar caucho se usó la especie asiática Ficus elastica.

El rechazo a estos métodos ha quedado inscrito en las páginas de la literatura.

La novela La vorágine del colombiano José Eustasio Rivera o el libro El río: exploraciones y descubrimientos en la selva amazónica de Wade Davis son muestras de ello.

Actualmente no existe ningún gesto por parte de los gobiernos implicados en este horror que haga pensar en una culpa histórica.

El proceso de vulcanización fue descubierto casualmente en 1839 por Charles Goodyear, quien mejoró enormemente la durabilidad y la utilidad del caucho.

El moldeo por compresión es una técnica en la cual la materia prima -en forma de polvo- es introducida en un molde calefactado a una temperatura de entre 140 °C y 160 °C, y sometida a una elevada presión.

El calor y la presión se mantienen hasta que la reacción finaliza.

Este sistema se usa generalmente en moldes con movimientos y que tenga hoyos, insertos, postizos, etc.

La presión de la inyección es alta, dependiendo del material que se está procesando.

El moldeo por inyección es un proceso rápido, muy apto para producir gran cantidad de productos idénticos.

Extracción de látex de un árbol tropical.