Un neumático (del griego πνευματικός, «relativo al pulmón», por el aire que lleva,[1] también conocido como cubierta,[2] llanta,[3][4] caucho o goma) es una pieza toroidal de caucho que emplean las ruedas de diversos vehículos y máquinas.
La parte del neumático diseñada para mantener el contacto con la vía se denomina banda de rodadura.
La primera rueda neumática o llena de aire, fue patentada en 1845 por el ingeniero escocés Robert W. Thomson.
Sin embargo, no fue sino hasta que su compatriota John Boyd Dunlop se propuso hacer más agradable el paseo en bicicleta de su hijo, que la rueda llena de aire se convirtió en un éxito comercial.
La razón para escoger este color se debió a que el blanco resultaba muy sucio al desplazarse por los caminos.
Al tintar el caucho se hizo un descubrimiento sorprendente: los neumáticos negros duraban más.
Hasta entonces, la mayoría de las ruedas tenían llantas con goma maciza, pero los neumáticos permitían una marcha notablemente más suave.
Está prohibido montar neumáticos con inferior código de velocidad al indicado en la ficha técnica del vehículo.
Otro de los marcajes importantes que afecta a la carga del neumático es el “Reinforced”, “Extra Load” o “XL”.
En otras ocasiones, si el neumático no está homologado para su circulación en Estados Unidos, aparecerá únicamente la referencia de la fábrica.
Según este reglamento, todos los neumáticos destinados a turismos, utilitarios y camiones vendidos en la Unión Europea deberán presentar una etiqueta estándar que medirá la eficacia del neumático en tres criterios: eficacia energética, frenado sobre suelo mojado y el ruido de rodadura exterior.
Legalmente, en la mayoría de los países el dibujo del neumático debe tener una profundidad superior a 1,6mm (Unión Europea) o 2/32 pulgadas (Estados Unidos).
Los neumáticos para invierno necesitan mayor profundidad para compactar la nieve en las ranuras y soltarla al rodar.
Si se prevé conducir sobre suelo nevado, la profundidad mínima recomendada es mayor, habitualmente 4mm, 5mm o 6/32 pulgadas (4,762mm).
Finalmente, en el caso de no sustituir todos los neumáticos, debe intentarse que los neumáticos del mismo eje sean de la misma marca y modelo y, preferiblemente, que tengan un desgaste similar.
No se deben depositar sobre asfalto negro ni otras superficies termo absorbentes, suelo cubierto con nieve o arena.[12].
Su objetivo era establecer medidas para impedir o reducir los efectos negativos en el medio ambiente del vertido de residuos.
3.º Reciclado: valorización mecánica, limpia y respetuosa con el medio ambiente de este NFU.
Esta valorización separa los tres componentes básicos del neumático: fibra textil, acero y caucho.
Actualmente existen equipos muy sofisticados que permiten detectar fallas o defectos en la carcasa invisibles para el ojo humano, tales como las separaciones internas entre pliegos, que actualmente se pueden detectar con un aparato de pruebas no destructivas por shearografia.
Esta tecnología se ha vuelto casi imprescindible en la industria del renovado de neumáticos ya que permite detectar, sin raspar la carcasa, separaciones internas originadas por reparaciones mal hechas, baja presión, exceso de carga, etc.
Si nos fijamos en sus laterales, podremos ver unos códigos, TWI (del inglés treadwear indicator, ‘indicador de desgaste’); aunque algunas marcas las cambian por triángulos o su logotipo, como Bibendum.
Un truco usado a menudo para realizar una prueba sencilla de profundidad es utilizar diversas monedas.
Las cubiertas que no tienen cámara, la válvula está soportada en la rueda metálica, se ancla mediante un rebaje en la goma.
Los neumáticos gastados se pueden recauchutar, también conocido como renovado, recapado, vitalizado, reencauchado o recubierto.
Se puede afirmar que un porcentaje mayor al 95% de los fallos presentados en un neumático recauchutado es atribuible a la carcasa que no ha soportado una segunda o sucesivas vidas y no al proceso del recauchutado en sí.
Presenta el inconveniente de que no puede ser usado a altas velocidades.
Los nuevos prototipos son inteligentes, conectados, reciclables y capaces de ser producidos por una impresora 3D.
Esto produce vibraciones y, principalmente, reduce el agarre del coche al asfalto.
El Tire and Rim Association (T&RA) es una organización de normalización autorizada para establecer estándares para todos los neumáticos y llantas fabricados en los Estados Unidos.